Vendemos nuestras horas para conseguir el dinero que adquiere
nuestros bienes y servicios. Pensar en el tiempo que entregamos para hacer las
compras podría ser una buena forma de valorar lo que queremos adquirir. Más
cuando cambiamos de trabajo para ganar más, o decidimos iniciar un negocio en
nuestras horas que hasta ese momento eran libres.
Hace unos días mi hijo mayor me preguntó cuántas horas trabajo
para pagar algunas cosas. Me explicó que leía un libro en la universidad que
planteaba esta interesante teoría. Un diálogo nos llevó a la conclusión de que
muchas personas invierten demasiado tiempo en mejorar la calidad de vida… al no
quedarles horas disponibles la pregunta es si la mejoría en su calidad de vida sirvió
para disfrutarla o mostrarla.
Hagamos un cálculo: Si trabajamos 40 horas a la semana serían
unas 180 al mes… algunos más, otros mucho más. Si le contamos el tiempo de
llegar al trabajo y de regresar me atrevería a poner un número universal de
unas 200 horas al mes dedicadas a generar dinero. Además, así puedo explicar el
cálculo de manera más sencilla.
Partiendo del cálculo de las 200 horas, cada dos horas nos
ganamos un 1% de nuestro ingreso. Si compramos un vehículo y pagamos con el 10%
de nuestras entradas, estaríamos pagando con 20 horas de trabajo… o de vida. No
calcule solo la mensualidad, también agregue lo que paga de inicial. Éste será
las horas ya pagadas. Si cobra $10 000 al mes y pone diez mil de inicial,
hablamos de 200 horas que le costó el inicial del vehículo.
No vaya a pensar que le quiero decir que no compre el
carruaje, sino que piense bien en el compromiso de horas que hace para adquirir
algunos bienes y servicios.
Hoy buscamos ganar más y estamos dispuestos a pagar con más
de nuestras horas en pro de conseguir más o mejores bienes y servicios. El
objetivo general, supuestamente, es mejorar la calidad de vida.
–¿Por qué dice Diego ‘supuestamente’? –Cuando decidimos hacer
una adquisición, pagando indirectamente con nuestras horas, estamos cambiando
uno de los componentes que más aportan a la calidad de vida, el tiempo.
Mientras menos tiempo para disfrutar de lo adquirido tenemos, menos calidad de
vida podemos sentir.
¿Debemos ser conformistas? No, esa no es la idea. Pienso que
podemos medir lo que deseamos y tomar decisiones racionales. La compra de un
vehículo de mayor categoría nos puede llevar en el mediano plazo a sacrificar
(sí, sacrificar, no es una inversión) una cantidad de horas de gozo personal y
familiar.
¿Cuántos trabajan más tiempo con el objetivo de ganarse un
bono o más comisiones? Son muchos. Y no entraré en la paradoja de las empresas
que motivan con una regalía que depende de objetivos… muchos lo sienten como
una multa si no se llega a él. El sacrificio de tiempo lo hace el empleado, ¿y
las grandes ganancias las reciben?… El objetivo real está claro.
Si queremos mejorar la calidad de vida a través del dinero,
debemos pagar con otro tipo de divisa que no sea nuestro tiempo. Podemos
invertir tiempo en mejorar nuestro sistema de ventas, de manejo del tiempo, de
inteligencia emocional, etc., pero nunca en detrimento de un recurso tan poco
valorado y de tanta importancia para disfrutar lo logrado. Como enseño en mi
libro Tú eres la estrella, equilibrar
las áreas es mejorar mi calidad de vida.
FRASE DE LA SEMANA
“Saber el valor de lo
que uso para pagar valoriza lo que adquiero”
Coach, Consultor,
Conferencista y Escritor
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