lunes, 4 de julio de 2011

¿ QUIÉN DOMINA MIS EMOCIONES ?

Desde pequeños los demás se hacen cargo de nuestras emociones… los padres nos dicen que no lloremos, los compañeros nos hacen enojar y llorar. Cuando crecemos son las parejas las que se encargan de demostrarnos que no somos nada cuando juegan a hacernos deprimir.

Llega un momento en la vida que tenemos que decidir quién debe estar a cargo de nuestras emociones. Yo propongo que, así como debemos hacernos cargo de nuestro destino, así mismo nuestras emociones deben estar bajo nuestras decisiones. No es que dominaremos nuestras emociones, pero sí podemos dominar lo que haremos con ellas, o sea, nuestras reacciones.

Parece fácil, pero no lo es… los niños y nosotros tendemos a culturizarnos, con la mente en que otros nos dominen. Para empezar, le diré que podemos ayudar a los niños a que ellos decidan por sus emociones. Es hora de hacerles entender que lo que los demás le digan no debe incidir en sus emociones. Ellos deben decidir cuando lloran y cuando se enojan. Cuando alguien quiere hacerlos enojar, es hora de no hacerle caso, eso los hará ganar el juego. La idea es que sepan que si se enojan están dejando que los otros ganen, y en esa competencia entenderán que ellos son lo que pueden ganar cuando no le hacen caso a comentarios tontos que los demás hacen para hacerlos enojar.

Para los adultos suele ser más difícil, tenemos una cultura de muchos años y nos parece imposible cambiarla. No podemos darnos por vencido antes de comenzar. Como decía, lo que dominaremos no serán nuestras emociones, sino las reacciones que tendremos cuando ellas sean llamadas.

Así como podemos controlar la rabia y no golpear a alguien, podemos controlar que esa rabia sea menor, eso cuando nos mentalizamos en que nosotros somos los únicos dueños de nuestras reacciones.

Cuando hacemos algún deporte nos damos cuenta que nos molestan para que nos enojemos y cometamos errores, entonces tenemos que aprender a controlar el enojo, de lo contrario siempre nos tendrán los demás a su merced.

¿Qué haría si la bocina de su auto no funcionara? ¿Cree que se angustiaría más en el tránsito? Le diré que depende de cómo usted lo tome. Si se siente impotente y abandonado, entonces podrá recibir un ataque al corazón. Sin embargo, si se da cuenta que no podrá cambiar nada fuera de su auto ya que nadie le está oyendo, entonces transitar por las calles se convertirá en una felicidad. Y le aseguro que, con o sin claxon, llegará al mismo tiempo... Usted elige si llegar estresado o sin estrés.

Un día, apresurado en las calles, toqué tan fuerte la bocina de mi auto que se quedó directa, no paraba de sonar… eso me llevó a tener que pararme y desconectarle los cables. Además de llegar más tarde a mi cita, la señora que manejaba de forma errática al frente mío, no se apresuró en lo más mínimo. Y no sólo eso, mis manos estaban sucias.

Luego de eso dejé la bocina desconectada cerca de dos años, esto me terminó enseñando que se vive más feliz cuando uno domina sus emociones.



Más sobre este tema en mi libro:

- ¡Alcanza la Cumbre!



FRASE DE LA SEMANA

“Me puedo enojar, la diferencia de mi tranquilidad la hace cuánto tiempo me quedo enojado.”
Diego A. Sosa
Consultor, Coach, Conferencista y Escritor dominicano