sábado, 6 de agosto de 2016

5 CONSEJOS PARA LOS ONIOMANIÁTICOS

La oniomanía es una patología, no hablaré solo para los que la poseen, sino para los que están en riesgo de caer en ella. El dinero es el principal responsable de dicho problema; paradójicamente, mientras más dinero conseguimos, peor se puede volver dicho trastorno.
Quizá no conoce el término, no se preocupe en buscarlo, pronto sabrá de qué hablo. Prefiero que lea el artículo y piense si tiene alguien que necesite algún consejo, o utilice usted alguno.
No se exponga a compras emocionales: Los portadores de este cuasi virus suelen decidir compras por razones que luego no les encuentran razón. Ir a lugares donde suele encontrar productos que le resultan de atracción fatal es contraproducente. Evite esos lugares; no arriesgarse es la mejor forma de no caer en la tentación.
Haga una lista de adquisiciones de mediano plazo: Las compras de una envergadura mediana, como vestimenta y equipos eléctricos y electrónicos, suelen cubrir necesidades reales. Lo nocivo llega cuando confundimos la necesidad que cubre la adquisición. Vestirnos o comunicarnos es importante para que nuestras necesidades básicas no estén al descubierto. Con un listado podrá comprar lo que decida racionalmente, según importancia y urgencia.
Ahorre para compras compulsivas: Asignar un monto específico mensual a un ahorro que nos servirá para desencadenar la reacción de felicidad de la compra puede ser una solución intermedia. El día que sienta ese deseo incontrolable de comprar podrá hacerlo sin que el remordimiento llegue algunos minutos después de cerrar la compra.
Esconda los medios de pago: La tarjeta de crédito no debe acompañarnos cuando estaremos expuestos a alguna compra que no está planificada ni cubre una necesidad urgente. El efectivo debe ser reducido al máximo posible, que no nos dé la posibilidad de comprar. Una vez aprecie lo que quiera comprar y no tenga la posibilidad de pagarlo, quedará en regresar. ¿El truco?: Ya habrá pasado la necesidad química de comprar para obtener la alegría que nos dan las hormonas de la felicidad, las endorfinas.
Busque ayuda profesional: La oniomanía no es una costumbre ni una tendencia. Si descubre que tiene el inconveniente de controlar sus deseos por comprar, es hora de ir con un profesional del comportamiento humano. Los problemas no se solucionarán ganando más dinero. Tampoco gastando lo de sus parientes que ayudan financieramente. Mucho menos por recibir el dinero que ponen a la disposición las parejas por miedo a lo que pueda suceder o por la sensación de seguridad que da una pareja dependiente monetariamente. El efecto no cura, solo prolonga el problema real y, por lo mismo, lo agranda.
En mi libro Arco IrisFinanciero presento mi método completo. Quizá ya sabe que estoy escribiendo sobre la compra compulsiva (oniomanía). Las consecuencias de este comportamiento, patológico por demás, son tóxicas, arrastra a todos los de alrededor y declina en problemas económicos y de relacionamiento.
Cuando la persona gasta su propio dinero termina con grandes deudas, donde el primer síntoma suele ser el inconveniente para cumplir con las tarjetas de crédito: no importa que pague, el estrés para lograrlo ya es una señal clara. Cuando la pareja es la que subvenciona el comportamiento, ya sea dándole dinero o haciéndose cargo del resto de los gastos comunes, la separación galopa en dirección a ese hogar… de resistir la separación inminente pueden entrar en conjunto en la espiral de las deudas y el estrés relacional… de no ser el proveedor adinerado.

FRASE DE LA SEMANA
“Lo primero para curar una dolencia es aceptar que se está enfermo; luego se busca ayuda”
Diego A. Sosa

Consultor, Coach, Conferencista y Escritor