martes, 5 de septiembre de 2017

¿QUÉ ES UN PROBLEMA?

“Tengo demasiados problemas” me expresó un lector hace unos días. Desde verse empujado a salir de su país, no tener papeles para poder trabajar en donde hoy vive, relaciones tensas con su pareja, condiciones de nacimiento y más; algunas las ha ido mejorando y otras no tiene forma.
En ocasiones escucho a personas decir que tienen problemas por no poder comprar lujos que quisieran. Muy típico es no poder salir de vacaciones donde desean. ¿Son problemas todos los que consideramos y llamamos problemas?
La palabra problema tiene una amplia acepción y mucho más variada utilización. Tener problemas es de humanos, la pregunta es si queremos y podemos resolverlos, o si nos quedaremos esperando que se resuelvan por sí solos o que exploten. Veamos algunas diferencias:
Lo que no puedo resolver: Sea porque no está en mis manos o porque no tengo la posibilidad. No creo que sea para preocuparme si no me puedo ocupar. Vigilarlo es lo único que puedo hacer para sentir que estoy un poco en sobreaviso. Utilizar mis energías para lamentarme no me ayudará. Quizá por eso veo personas con enfermedades terminales que son más felices que otros que no las tienen y quizá nunca las tendrán… inclusive sufren menos su condición que quienes los rodeamos.
Lo que creo que no puedo resolver: Una cosa es no poder y otra es creer que no se puede. Un dicho reza: “Si una persona te dice que te pareces a un camello no hay por qué preocuparte; si dos te lo expresan, corre al espejo a verte la joroba”. Si creo que no puedo y varios me insisten en que hay solución, no es momento para lamentarme, sino para accionar.
Lo que puedo resolver: No es tan problema, es un inconveniente que debo superar con acciones. Es cuestión de actitud.
Posibilidades de mejora: Utilizamos la palabra problema para situaciones que podemos mejorar. Es un buen inicio ponerle ese nombre, nos ayuda a focalizarnos en acciones. Querer unas vacaciones y sentir que existe un problema nos puede ayudar a encaminarnos a su realización.
Como enseño en mi libro Migomismo, es cuestión de hacernos protagonistas de las situaciones y no quedarnos como víctimas de ellas, cambiando lo que puedo para lograr lo que quiero.
¿Se atreve a ver en profundidad el próximo evento que llame problema y tomar acciones propias para mejorar lo que puede cambiar?