sábado, 3 de mayo de 2014

MI PRIMERA VIVIENDA (I)


Nuestros antepasados sabían la importancia de tener una vivienda propia. Muchos, cuando podían, hasta compraban una para cada hijo. Tener un techo del que nadie pueda sacarnos, es algo que trae cierta tranquilidad porque hemos cubierto en parte nuestras necesidades de seguridad.
Robert Kiyosaki, gurú de las finanzas personales, dice que una casa es una pasivo porque nos saca dinero del bolsillo y porque el dinero que utilizamos para comprar una casa deberíamos invertirlo en algo que nos reditúe dinero.
A más tardar cuando dejemos de tener una vida productiva sabremos la gran importancia de tener una vivienda sin deberle a nadie. Es que nuestros ingresos se pueden reducir y si no creamos ingresos pasivos suficientes nuestro poder adquisitivo se irá degradando con el pasar de los años. Mientras que la renta lo más seguro seguirá aumentando, convirtiendo la situación en una espiral porque reduce aún más nuestro poder adquisitivo.
Pagar una renta de por vida es consumir sin sembrar. Si logramos un techo propio con lo que pagaríamos de renta sería el negocio perfecto. En vez de pagarle al dueño nos estaríamos pagando a nosotros mismos. Al terminar el período del préstamo hipotecario tendremos una vivienda libre de deudas de la que nadie nos puede sacar, nadie nos pedirá aumento de renta y no tendremos ni siquiera que seguir pagando por vivir ahí, lo que aumenta el dinero disponible para otros gastos.
El método de Kiyosaki funciona perfectamente para personas en países donde hay ventajas impositivas para los inversionistas y los inquilinos, y donde la seguridad social ayuda en caso de desempleo y pobreza senil. También es un método para personas que son negociantes, o sea, el dinero que invertirían en una casa lo ponen a producir, y de lo que producen podrían comprarse fácilmente la vivienda. Si usted vive en un país donde no se dan las condiciones mencionadas o usted no es negociante, será mejor que piense en tener un techo del que nadie lo pueda sacar.
¿Cómo lograr el techo propio? Muchos me dicen que no es posible con los ingresos que se tienen. Yo le aseguro que muchos, si hubiesen guardado el quince por ciento de lo que se han ganado, no necesitarían ni siquiera un préstamo para comprar. Los que no trabajan a través de su teléfono inteligente, con los gastos que han tenido en comunicación en los últimos años y los que tendrán, ya podrían tener un buen capital para iniciar el camino. ¡Calcule!
Vamos a iniciar. Es hora de hacer un plan y comenzar a guardar de todo lo que recibimos, una cuenta que se llamará "mi primer techo". Quince por ciento de todo lo que recibo y el 50% de los extras. A los tres meses hay que poner lo ya ahorrado a producir más dinero. Una inversión como un certificado de depósito puede ser el primer paso. Luego debemos buscar mejores rendimientos; hay instrumentos de Bolsa de Valores que son seguros con rendimientos fijos. Si encuentra una oportunidad con buen rendimiento en moneda fuerte es el momento de protegerse de la inflación. Todo el método y los instrumentos financieros están explicados por extenso en mi libro Arco Iris Financiero.
Llega el momento de dimensionar la vivienda. No tiene que pensar que será donde vivirá siempre, puede ser algo modesto y luego cambiarse. Sepa cuánto necesitará de capital propio y calcule sus posibilidades de crédito.

FRASE DE LA SEMANA
"Iniciar temprano es primordial; si aún no inicié, temprano es ahora."
Diego A. Sosa
Coach, Consultor, Escritor y Conferencista




lunes, 28 de abril de 2014

SI ERES PINGÜINO NO PRETENDAS VOLAR

Una de las desmotivaciones más frecuentes llega cuando nos concentramos en ser perfectos en lo que somos débiles. Luchar contra la corriente no es tan sabio como buscar otro camino para llegar al destino que nos hemos trazado... un camino en el que podamos poner en ejecución nuestras fortalezas.
El pingüino aparenta ser un error de la naturaleza. Nace como ave y tiene plumas. Sus patas cortas, cuerpo desproporcionado y las alas pequeñas no le permiten levantar vuelo. No le dieron nada bueno, todo fue equivocado… ¡Aparentemente!
Este animal es el rey de la adaptación. Es un ejemplo a seguir por los que creen que no pueden logar algo... lo importante es saber qué deseamos. Muchos se interesan en alcanzar lo que los otros hacen y se desenfocan en su objetivo real.
Querer volar no es la meta de los pingüinos, sino vivir. Sus alas no les sirven para levantar el vuelo, pero las convirtieron en aletas para “volar” dentro del agua llegando a alcanzar velocidades de hasta 60 Km/h. Sus patas no les son buenas para desplazarse en tierra, pero las usan como un infalible timón dentro del agua que les sirve para hacer movimientos maravillosos para escapar de sus depredadores o conseguir su comida. Su plumaje es demasiado pesado para el vuelo, pero lo aprovechan al máximo para defenderse de las bajas temperaturas de la región donde viven.
Un animal pequeño y con tantas contrariedades no está en peligro de extinción y por el contrario, representa un ejemplo a seguir hasta para el desarrollo de la humanidad. ¿Quién pudiera pensar ahora que es un error de la naturaleza?
Hacer las cosas como lo hacen los demás no es de sabios. Es como andar siempre el camino que otros recorrieron... sólo llegaremos a donde los demás llegaron, lo único es que siempre arribaremos después que ellos. No es que siempre hay que inventar un nuevo camino, la idea es aprovechar lo que otros hicieron y seguir desarrollando. Pero en otras ocasiones debemos arriesgarnos a que nos llamen locos por intentar algo nuevo... a todos los inventores los han rechazado por su comportamiento emprendedor, y luego los hemos reconocido.
Una jirafa nunca podrá volar, eso no le preocupa. Lo importante para ella es comer en las circunstancias que le toca vivir. El pingüino que intente alimentarse de hojas que están en la copa de los árboles morirá de hambre... a menos que le pague a una jirafa para que le baje la comida.
Hay personas que se pasan la vida quejándose de la mala suerte de no haber nacido con tal o cual cosa, nunca se concentran en ver las tantas otras que tienen que millones desearían poseer. Llegan al final de sus vidas para darse cuenta que nadar contra la corriente no les permitió avanzar, que sus fortalezas eran caminar y escalar... que por la orilla del río hubiesen llegado al destino que se propusieron, fácil y rápidamente.
Uno de los principales problemas que tenemos nace de querer compararnos con otros. Desde pequeños nos ponen bardas para saltar: Lo que han logrado o quisieron lograr nuestros padres y hasta abuelos; lo que hacen nuestros familiares contemporáneos; los mejores de la escuela o en el deporte u otra actividad extracurricular son la medida a vencer; los modelos típicos de la sociedad, como los niños llamados superdotados; lo que hacen los famosos; etc.
Olvidarnos de las comparaciones nos ayudará a encontrar nuestro propio camino... no es que no los usemos como referencia o inspiración, es que no tratemos de competir. La idea es ser mejores que nosotros mismos, no que los demás... eso llegará como consecuencia.

FRASE DE LA SEMANA
"Concentrarme en mis desventajas sólo me lleva a ser menos desventajado;   aprovechar mis fortalezas me hace mejor."
Diego A. Sosa

Coach, Escritor, Conferencista y Asesor