sábado, 24 de enero de 2015

DIME CON QUIÉN ANDAS Y TE DIRÉ QUIÉN QUIERES APARENTAR SER



En tiempos en los que es fácil mostrarse en lugares y con personas, el viejo adagio ha ido cambiando la filosofía que le dio vida. La idea era que podíamos saber cómo era una persona dependiendo de la manada a que se pertenecía. Como es importante ser reconocidos, hoy nos unimos a un rebaño virtual para que crean que somos así.
Desde siempre hubo personas que se unieron a manadas para que creyeran que eran como ellos. Los varones lo conocemos muy bien, pertenecer al grupo de los más respetados (temidos en realidad) era un triunfo. El éxito entre las féminas se ponía más a la mano (eso pensábamos) y nadie se atrevía a retarnos… se las vería con toda nuestra trulla.
Las damas jóvenes también tenían sus grupos: Las estudiosas, las bonitas, las apetecidas, las temibles, etc.
No siempre ingresábamos a una manada por ser como el resto, la mayoría entraba por lograr lo que conseguían los que estaban dentro. Algunos sólo fuimos parte del grupo, otros dirigentes. Los líderes del rebaño sí eran verdaderamente identificados con los dogmas del mismo. Lo importante para la mayoría era conseguir reconocimiento dentro de una parte de la sociedad, la que consideramos que nos hace grandes… que hace que nos admiren.
La realidad es que no queríamos pertenecer a la manada por sus dogmas. No éramos con quién andábamos, queríamos que nos vieran así. O sea, queríamos aparentar ser con quién andábamos para conseguir lo que ellos tenían.
El dinero comienza a jugar un rol primordial cuando crecemos. Pertenecer a una manada exitosa es cuestión de tener la posibilidad de aparentar ser como sus integrantes. Si los exitosos van a un restaurante, ahí es que tengo que ir; si ellos viajan a un lugar, también esquío en ese sitio; si hay un hotel que los famosos frecuentan, no puedo dejar de ir; y los vehículos, vecindarios y lujos tienen que ser iguales.
Las redes virtuales han formado manadas virtuales. Ahora es fácil mostrar que estamos en los mismos lugares que otros, aunque no sea al mismo tiempo. Lo importante ahora no es estar con una manada físicamente, sino comportarse como ella… son las manadas virtuales. Para pertenecer a ellas sólo hay que colgar el mismo tipo de fotos: Lugares (hoteles, restaurantes, selfis en el baño, conciertos, etc.); comidas (siempre que sean caras dan estatus); posiciones (no aclararé, todos las conocen); y mucho más.
El dinero para alcanzar el estatus es lo más importante. Aparentar lo que los otros son nos lleva virtualmente a donde los otros están. Lo que muchos no han aprendido es que todos estamos conscientes de que eso es virtual, y no en el sentido cibernético, sino que todos sabemos que hoy el dinero que se muestra no es el que revierte de estatus. Cuando vemos muchas fotos demostrativas en las redes “sociales” sabemos que alguna deficiencia real existe. O el dinero está corto o la autoestima está baja.
Los que en realidad tienen dinero de cuna y muestran su dinero es en competencia dentro de su clase social. Posiblemente sus padres no lo muestran y ellos sienten que los discriminarán (baja autoestima). Los que hicieron sus grandes fortunas con su arduo trabajo no desperdician su bien ganado dinero aparentándole a los demás… sin embargo, son reconocidos por todos como arduos trabajadores y exitosos profesionales.


FRASE DE LA SEMANA
“No me grites todo el tiempo quién eres que lo que pretendes ocultar es lo único que puedo ver.”
Diego A. Sosa
Coach, Consultor, Conferencista y Escritor

lunes, 19 de enero de 2015

SIN “VITAMINA C” SE GANA MENOS


La “C” en este caso es de “contactos”, no es en el sentido saludable que los cítricos nos entregan. Sin embargo, es tan esencial como la vitamina c que necesitamos ingerir a diario. Las relaciones hacen que avancemos y consigamos mejores puestos de trabajo o clientes. Esta vitamina es la encargada de que nuestros ingresos crezcan.
Algunos nacen con una herencia de la vitamina protagonista de hoy, otros la consiguen con su actuación… pero las mejores porciones se aseguran con la forma de ser.
Los padres quieren asegurarse de pasarles a sus hijos una buena dosis: Se relacionan con lo más alto de la sociedad que puedan, envían a los hijos a los mejores colegios posibles, los inscriben en clases particulares, van a clubes sociales, etc. La idea de codearse con la sociedad es una excelente forma de construir una red social que le pueda dar entrada a mejores trabajos, lo que puede asegurar un buen ingreso mensual.
Conseguir trabajo depende de un buen contacto, de una buena presentación al momento de la entrevista o de la suerte de que nadie más pueda o quiera hacer ese trabajo. Adquirir clientes depende de conocer gente, de hacer una buena llegada a potenciales clientes o de que la víctima no tenga otra opción.
Luego llega el momento de la verdad… entramos al trabajo o conseguimos el cliente, es hora de mantener lo logrado, ya no dependemos más de nuestro pasado o de lo que aparentemos, ahora lo que vale es lo que realmente somos… o sea, cómo nos comportamos en la realidad; nuestra forma de ser.
Lograr ser la persona con la que los demás quieren interactuar depende de la inteligencia interpersonal, la que trato por extenso en mi libro Migomismo II. No es cuestión de aparentar, es conocer las herramientas necesarias para incluirlas en nuestro repertorio de actuación metaconsciente.
A continuación, les dejo una muestra de las cosas que podemos hacer para crear vínculos más fuertes y lograr avanzar en el mundo del dinero:
-Escuche activamente: No es sólo quedarse callado mirando a los ojos, es intentar comprender lo que el interlocutor quiere. Cuando podemos seguir su conversación, él sabe que le estamos dando valor. Interrumpirlo constantemente es uno de los principales errores que cometemos.
-Cree empatía: Las neuronas especulares, descubiertas por casualidad por el científico italiano Giacomo Rizzolati, nos han dado la base científica para entender cómo funciona nuestro cerebro con relación a la empatía (el experimento, sus conclusiones y avances generados en el mundo de la neurociencia están descritos por extenso en mi libro que mencioné anteriormente). Tenemos la opción de conectarnos con el interlocutor, ya sea de manera inconsciente o dominando las técnicas.
-Evite los prejuicios: Aunque aparezcan, es más efectivo dar una oportunidad a la persona para que se den a conocer que etiquetarlas por su apariencia. ¿O no quisiera la misma oportunidad para usted y los suyos?
Conozca sus valores y los de los demás: Debemos evitar lesionar los valores de los demás, aunque no estemos de acuerdo con sus creencias o simpatías.
Hay muchas herramientas más que aprender, las relaciones humanas son muy complejas, pero indispensables para casi todos los logros que perseguimos en nuestra vida.
Aprovecho para avisarle que estaré de gira por la República Dominicana en febrero, si quiere contratarnos para talleres, charlas, conferencias, asesorías o Coaching puede escribirnos a Ventas@DiegoSosa.info. Las presentaciones abiertas al público serán publicadas en mi página web y en las redes sociales.

FRASE DE LA SEMANA
“Mientras mejor me relaciono, más fácil se me hace ganar dinero.”
Diego A. Sosa
Consultor, Coach, Conferencista y Escritor