sábado, 9 de noviembre de 2013

EL QUE AHORRA PAGA MENOS


Existen ahorros para diferentes motivos. El más importante es para crear el capital que nos generará ingresos pasivos para ser libres financieramente. Recomiendo también cuentas de ahorro temporarias: Para comprar algo, para un fondo de emergencia, para gastos no programables pero seguros, etc.
Si queremos comprar un bien, como un automóvil, por lo general decimos que no tenemos posibilidades de apartar dinero para reunir un buen inicial o el total. Luego de posponer por mucho tiempo nuestra compra buscamos un gran crédito y adquirimos el bien. Un mes más tarde llega la primera cuota del préstamo y nos damos cuenta que sí podíamos sacar parte de nuestros ingresos para hacer un ahorro preventivo.
Tenemos bienes que se deteriorarán y necesitarán ser reparados o sustituidos. Un refrigerador, pintura para la casa, etc. Como en el caso anterior, pensamos que no podemos hacer una previsión, pero al tomar un préstamo nos damos cuenta que sacar un monto mensual sí es posible.
La diversión tiene un lugar primordial en la calidad de vida. Las vacaciones o un fin de semana largo pueden ser ocasiones importantes para descansar del trabajo diario. El pago no se puede realizar con el ingreso de un mes. Tomar una oferta para pagar en cuotas puede ser una buena solución. Puede ser con un préstamo o con una pésima manera, pagar con tarjeta de crédito sin saber cómo la saldaremos.
Las emergencias llegarán, tarde o temprano, pero llegarán. Una enfermedad puede sacarnos de presupuesto no importa lo poco gastadores que seamos. Muchas emergencias se pueden prever con una buena cobertura de seguro, otras con un ahorro planificado, o sea, con un fondo de emergencias.
Los gastos a futuro son también depredadores de las finanzas de los que no se planifican a tiempo. La universidad de los hijos, la boda de la hija, etc. Sabemos que existirán, si no los planificamos tendremos que tomar un préstamo o desistir de nuestro sueño.
La libertad financiera se logra comprando gallinas a tiempo, como explico en mi libro Arco Iris Financiero. Las gallinas pondrán huevos en su cuenta de huevos de oro y un día sus ingresos pasivos serán suficientes para vivir de ellos sin tener que trabajar por necesidad.
Cuando tenemos dinero para comprar de contado podemos conseguir descuentos. Cuando compramos en cuotas los descuentos no aplican y terminamos pagando más por no haber planificado. Si compramos con un préstamo, los pagos mensuales incluirán intereses y tampoco conseguiremos descuentos. Si pagamos con tarjeta de crédito sin saber cómo la pagaremos los intereses generados se harán cargo de gran parte de nuestros ingresos.
Habitualmente las deudas inician con este sistema y terminan de muy mala manera, llevándose gran parte de los ingresos del endeudado. Los bienes y servicios adquiridos con dinero que no nos habíamos ganado pasan a costar una inmensidad. He visto cómo personas han pagado varias veces el precio de los mismos. ¿La solución? Abra varias cuentas de ahorro. Si puede ponerlas de forma automática será mucho mejor… muchas instituciones financieras y cooperativas ofrecen ese servicio.
A la cuenta de libertad financiera recomiendo ponerle entre 10 y 15% del ingreso neto. Para las demás, divida el monto que necesitará entre los meses que tiene para lograrlo y aliméntela con ese monto, como explico en el libro antes mencionado.

FRASE DE LA SEMANA
“Si puedo pagar una cuota también puedo ahorrar ese monto.”
Diego A. Sosa
Consultor, Coach, Conferencista y Escritor

martes, 5 de noviembre de 2013

¿POR QUÉ ALGUNOS TRIUNFAN Y OTROS NO!


Las buenas notas podrían ser un indicio, dirían muchos educadores tradicionales y una buena cantidad de padres. Todos conocemos casos de compañeros con notas sobresalientes que profesionalmente no han triunfado. Por otro lado, tenemos los de notas sólo lo justas para pasar el curso y han resultado brillantes empresarios. ¿Qué ha pasado con las estadísticas? 
Los centros educativos nos están preparando en lo básico, no en lo que nos hace triunfar. Nos educan intelectualmente, nos llenan de conocimientos y nos sacan al mercado laboral preparados para ejecutar órdenes. Llegamos a un punto donde debemos dejar que otras habilidades se encarguen de llevarnos al éxito. 
Miramos a nuestro alrededor y nos damos cuenta que ya la fórmula mágica no está resultando. Antes, la preparación y muchos títulos eran suficientes para hacernos merecedores de aumentos y promociones. Hoy, nos sorprendemos como a muchos les ha costado el puesto una subida de nivel. Habilidades como la empatía, la comunicación asertiva, el dominio de las reacciones emocionales, entre otras, pueden ser la clave para subir y mantenernos en los niveles que nos esperan. Ya no se busca un ejecutivo que mande a un grupo, las empresas saben que se puede sacar mejor provecho cuando se maneja un equipo. 
Ya no debemos presionar con reproches, sino motivar con ejemplos. No se quiere más personas que encuentren culpables, sino que busquen soluciones. Si no conseguimos ponernos en los zapatos de los demás podemos estar seguros de que nuestro puesto como gerente será sólo una pasantía. Hoy se nos exigen resultados extraordinarios y sólo se pueden lograr cuando: uno más uno suma mucho más que dos, multiplicamos fuerzas al dirigir gente valiosa, encontramos la gente correcta para el puesto exacto. 
Debemos manejar nuestras reacciones emocionales. Como explico en mi libro Migomismo - Su Inteligencia Emocional Interna, lo importante no es querer dominar la emoción, sino la reacción que tendremos cuando la emoción aparezca. Estamos programados para reaccionar en casos de peligro... nos llevará un buen tiempo cambiar esa programación porque lo que antes era peligro hoy ya no lo es. Nuestras neuronas nos preparan para la pelea cuando alguien nos agrede o pudiera agredirnos. En el trabajo debemos anticiparnos y calmar la agresión antes que nos llegue, o en su defecto, saber qué hacer con la ofensiva de nuestro interlocutor. 
Hemos visto como se calma una persona furiosa cuando le dicen que era una broma para una cámara oculta. Esa acción debemos aplicarla en caso de una situación que nos saque de nuestro equilibrio emocional y llegue a abrumarnos. 
Todos somos emocionalmente inteligentes, unos la aplicamos en diferente frecuencia que otros. Lo importante es estar en completo conocimiento de nuestra inteligencia emocional, como explico y enseño en el libro antes mencionado. 

FRASE DE LA SEMANA 
"Para tener éxito me concentro más en mis emociones que en mi intelecto." 
Diego A. Sosa Sosa 
Coach, Consultor, Escritor y Conferencista