sábado, 21 de septiembre de 2013

HAY TRES TIPOS DE POBRES


Desde el inicio aclaro que me refiero a pobre con relación a la cantidad de dinero... no al ímpetu de vivir la felicidad... para eso no hacen falta monedas. El primer grupo es el que decide no buscar más dinero en su vida. En el segundo están los que no tienen idea de cómo llegaron a ser pobres. Y los últimos son los que decidieron salir de la pobreza. Los que decidieron seguir siendo pobres quizá no se interesen por leer esta columna, ni quieren cambiar su nivel económico. 
No tiene mucho sentido que escriba para ellos... además, han decidido vivir a su manera. Si está en ese grupo y quiere hacer algo para salir de ahí, entonces siga leyendo porque ya está en otro grupo. Al equipo de los que no saben cómo llegaron a ser pobres les recomiendo que no se preocupen por averiguarlo, las energías deben concentrarse en saber cómo salir de ahí. Claro está que tendrán que comportarse diferente con relación al dinero, porque seguir haciendo lo mismo sólo los llevará al mismo lugar. 
Si en algún momento deciden subir de nivel económico les tengo un secreto mal guardado para pasar al próximo peldaño. 1. No hacer deudas, y si las hizo, pagarlas. 2. Guardar parte de lo que recibe. 3. Aprender algo nuevo que lo lleve a ganar más dinero... No busque aprender por obtener un título, sino un conocimiento que le sirva para generar más ingresos. 4. Aprenda sobre manejar dinero, negocios e inversiones. 6. Gaste menos de lo que recibe. 7. Primero compre gallinas y después caballos, como explico en mi libro Arco Iris Financiero. Un grupo interesante es el que está consciente de querer salir de pobre. Saben que pueden mejorar su calidad de vida y buscan la manera de lograr sus objetivos. Algunos quieren vivir como ricos y se olvidan de aprender lo que los ricos saben de dinero y a hacer lo que hacen los ricos con su dinero. Una gran diferencia que marca el futuro de ambos estados. La publicidad nos incita a vivir como ricos, y peor, quieren que lo hagamos lo más pronto posible. Lujos, a diferentes niveles, son vendidos como parte del estándar de vida de cualquier mortal. La cabeza se calienta y decidimos comenzar a mostrar cosas que aún no hemos adquirido (porque no las hemos pagado por completo) para aparentar cambios positivos y vertiginosos en nuestro estatus ante los demás. ¿Qué saben y hacen los ricos? 1. Trabajar con dinero. 2. Cada peso ganado es un peso que producirá dinero. 3. Con el dinero producido posiblemente hagan más dinero. 4. Mucho antes de comprar lujos, invierten. 5. Saben de inversiones. 6. Podríamos decir que tienen paciencia porque saben que serán recompensados con creces. 7. Primero ganan y gastan, y de lo que sobra pagan impuestos (como empleado se paga antes de gastar). 
Mucho cuidado con confundir al que produce la riqueza con el que la gasta... casi siempre el nieto del que la hizo es el que termina desperdiciándola. Una vez las gallinas están produciendo, llegan los que se comen los huevos. Muchas veces terminan matando la gallina de los huevos de oro por la ambición de gastar más hoy sin pensar en el futuro. No le sugiero que aprenda de estos últimos, sino de los que supieron cómo hacer el gallinero. 

FRASE DE LA SEMANA 
"Si no sé dónde quiero estar nunca daré pasos para llegar." 
Diego A. Sosa 
Consultor, Coach, Escritor y Conferencista

jueves, 19 de septiembre de 2013

REPORTE ECONÓMICO MUNDIAL SEMANA 38

- Elecciones en Alemania, qué dicen las encuestas para el domingo y cómo cambiaría de no reelegirse Angela Merkel - España y su turismo: ¿Crece o decrece después de la crisis? - Cuáles acciones se benefician de las guerras. Para invertir en las empresas correctas. - Cuánto ganará Cristiano Ronaldo por hora. - El dinero tecnológico y mucho más.

martes, 17 de septiembre de 2013

SEMBRAR PARA COSECHAR

La gente que conoce el campo sabe que para comerse una buena mazorca de maíz debe tomar los mejores granos, de las mejores mazorcas de la cosecha anterior. Sabe que debe arar la tierra, sembrar, cuidar la planta y esperar con paciencia hasta poder recolectar. Son muchos los factores que entran en juego.

Hay personas que simplemente van al supermercado, toman la mazorca y la pagan. Ellos no saben todo el proceso o no lo toma en cuenta. Y muchos vivimos la vida de esa misma manera, como si todo fuera ir al supermercado. Queremos pagar por todo y obtenerlo de inmediato.

¿Queremos hijos bien educados y con futuro exitoso? Pagamos un buen colegio, una universidad de prestigio y una maestría en el exterior. "Trabajo terminado".

¿Queremos comprar un vehículo? Vamos donde el vendedor, elegimos la carroza, solicitamos un préstamo y salimos a mostrarle a nuestra reina el nuevo carruaje real.

Las cosas no son tan sencillas como parecen. La prisa que pretendemos vivir tiene sus costos. Lamentablemente se pagan en un futuro y muchas veces no nos damos cuenta de lo que hemos construido. Total, al final encontramos quién tiene la culpa de lo que no salió como quería.

¿En verdad qué quería? Analizaré esa pregunta después que sepamos quién tiene la culpa.

La culpa de que los hijos no aprendan las cosas importantes para triunfar en la vida no es de la educación académica, sino del comportamiento. Los conocimientos son importantes y casi indispensables, pero la actitud es primordial para llegar al éxito real y duradero. Es muy extraño que en las instituciones educativas puedan darle seguimiento a la inteligencia emocional de nuestros hijos durante los aproximadamente 20 años que se pasarán en ellas.

¿Quién puede acompañar todo el tiempo de educación de nuestros hijos? ¿Quién tiene la oportunidad de estar siempre a su lado? ¿Quién puede sacar el tiempo para estar con ellos en los momentos importantes? ¿Quién le puede dar el mejor ejemplo de comportamiento? O debo decir, ¿quién le da los ejemplos?

No quiero que piense en echarse la culpa de algunas cosas, lo que pretendo es que si no está despierto porque prefiere soñar pueda tener las herramientas para decidir qué hacer: seguir soñando o tomar las riendas de lo que quiere construir.

Vuelvo a la pregunta: ¿Qué quiero en realidad? No deberíamos llegar al punto de vivir nuestros sueños y darnos cuenta que el camino que recorrimos no era el que nos llevaría a nuestro sueño. Podemos creer que un sueño es tener un vehículo de lujo o un apartamento en la playa. Si eso lo tiene con lo que ya se ganó y está haciendo sus previsiones para vivir cuando ya no vaya a producir más, entonces está viviendo algunos de sus sueños y conoce cuáles son sus sueños futuros y camina hacia ellos.

Tomar la mazorca en el supermercado, pasar la tarjeta de crédito y al corte pagar el mínimo para que no nos carguen mora, sólo los altos intereses de financiarnos con uno de los créditos más caros que existen, es lo que llamo no querer cosechar. Es más productivo sembrar, y le aseguro que la recolecta de los frutos es mucho más satisfactoria que simplemente ir al supermercado.



FRASE DE LA SEMANA

"El futuro está demasiado cerca para no construirlo todo el tiempo."

Diego A. Sosa

Coach, Consultor, Escritor y Conferencista



lunes, 16 de septiembre de 2013

REPORTE ECONÓMICO MUNDIAL SEMANA 37

¿TARJETA DE PAGO O DE CRÉDITO?

SE ACERCA EL MES DEL AHORRO

La gente que conoce el campo sabe que para comerse una buena mazorca de maíz debe tomar los mejores granos, de las mejores mazorcas de la cosecha anterior. Sabe que debe arar la tierra, sembrar, cuidar la planta y esperar con paciencia hasta poder recolectar. Son muchos los factores que entran en juego.


Hay personas que simplemente van al supermercado, toman la mazorca y la pagan. Ellos no saben todo el proceso o no lo toma en cuenta. Y muchos vivimos la vida de esa misma manera, como si todo fuera ir al supermercado. Queremos pagar por todo y obtenerlo de inmediato.

¿Queremos hijos bien educados y con futuro exitoso? Pagamos un buen colegio, una universidad de prestigio y una maestría en el exterior. "Trabajo terminado".

¿Queremos comprar un vehículo? Vamos donde el vendedor, elegimos la carroza, solicitamos un préstamo y salimos a mostrarle a nuestra reina el nuevo carruaje real.

Las cosas no son tan sencillas como parecen. La prisa que pretendemos vivir tiene sus costos. Lamentablemente se pagan en un futuro y muchas veces no nos damos cuenta de lo que hemos construido. Total, al final encontramos quién tiene la culpa de lo que no salió como quería.

¿En verdad qué quería? Analizaré esa pregunta después que sepamos quién tiene la culpa.

La culpa de que los hijos no aprendan las cosas importantes para triunfar en la vida no es de la educación académica, sino del comportamiento. Los conocimientos son importantes y casi indispensables, pero la actitud es primordial para llegar al éxito real y duradero. Es muy extraño que en las instituciones educativas puedan darle seguimiento a la inteligencia emocional de nuestros hijos durante los aproximadamente 20 años que se pasarán en ellas.

¿Quién puede acompañar todo el tiempo de educación de nuestros hijos? ¿Quién tiene la oportunidad de estar siempre a su lado? ¿Quién puede sacar el tiempo para estar con ellos en los momentos importantes? ¿Quién le puede dar el mejor ejemplo de comportamiento? O debo decir, ¿quién le da los ejemplos?

No quiero que piense en echarse la culpa de algunas cosas, lo que pretendo es que si no está despierto porque prefiere soñar pueda tener las herramientas para decidir qué hacer: seguir soñando o tomar las riendas de lo que quiere construir.

Vuelvo a la pregunta: ¿Qué quiero en realidad? No deberíamos llegar al punto de vivir nuestros sueños y darnos cuenta que el camino que recorrimos no era el que nos llevaría a nuestro sueño. Podemos creer que un sueño es tener un vehículo de lujo o un apartamento en la playa. Si eso lo tiene con lo que ya se ganó y está haciendo sus previsiones para vivir cuando ya no vaya a producir más, entonces está viviendo algunos de sus sueños y conoce cuáles son sus sueños futuros y camina hacia ellos.

Tomar la mazorca en el supermercado, pasar la tarjeta de crédito y al corte pagar el mínimo para que no nos carguen mora, sólo los altos intereses de financiarnos con uno de los créditos más caros que existen, es lo que llamo no querer cosechar. Es más productivo sembrar, y le aseguro que la recolecta de los frutos es mucho más satisfactoria que simplemente ir al supermercado.



FRASE DE LA SEMANA

"El futuro está demasiado cerca para no construirlo todo el tiempo."

Diego A. Sosa

Coach, Consultor, Escritor y Conferencista