Artículos de crecimiento personal y profesional. También los puedes encontrar en mi página www.diegososa.info al igual que mis libros.
viernes, 16 de enero de 2015
jueves, 15 de enero de 2015
lunes, 12 de enero de 2015
EL EFECTO COBRA EN LA CRIANZA Y EL LIDERAZGO
Así como una vez en la ciudad de Hanoi dispusieron pagar por
cada rata que los ciudadanos mataran, la administración inglesa en la India
determinó pagar por cada cobra que fuera entregada.
El efecto causado fue completamente contrario al deseado.
Los habitantes decidieron hacer criaderos del animal requerido para así
multiplicar sus ganancias. El resultado fue que se cuadruplicó la cantidad de animales,
teniendo que descontinuar el método de recompensas y terminando las cobras
sueltas por todo el país.
De ahí se le ha dado el nombre de efecto cobra al hecho de realizar una acción que al final trae el resultado
contrario al deseado.
Es muy típico, lo vemos con mucha frecuencia. El jefe
castiga de alguna forma a los que cometen errores con el objetivo de que no se
vuelvan a cometer. Los empleados actúan bajo estrés y terminan cometiendo más
errores. Como conocen la reacción del jefe ocultan los errores y al final estos
engordan o engendran.
¿Resultado? La cuota de errores crece por la medida que se tomó para que no
hubiese errores.
niños? Sabemos que es así, postergar el
dolor es una especialidad que se aprende de pequeño. ¿Al final qué es peor?
También lo sabíamos, pero la esperanza de que el problema desapareciera por
arte de magia era más poderosa que aceptar la realidad. Y debemos ser sinceros,
muchos de los errores desaparecieron o perdieron fuerzas en el camino… hoy nos
reímos de ellos con los viejos amigos.
¿Hay alguien capaz de actuar perfectamente y siempre? Creo
que ni perfectamente, mucho menos siempre. Entonces, ¿por qué reaccionamos ante
los errores de los demás? Muchas veces por no ponernos en su lugar, otras por
no analizar, en algunos casos porque venimos con la paciencia agotada por otras
situaciones, o por otras tantas razones.
¿Qué busco con mi actuación ante los errores de otros?
Debería ser repararlos y que no vuelvan a suceder. Entonces nuestra reacción, o
acción, debería tener esos objetivos.
Si a nuestros hijos les decimos que no nos oculten la verdad
y sucede algo y nos la ocultan por miedo a nuestra reacción; si cuando nos damos
cuenta del problema les
reprochamos el error y además el ocultarlo, ¿cómo
cree que reaccionarán
la próxima vez? Sí, cómo reaccionábamos nosotros. O de la manera más natural,
con el instinto de conservación… Ocultar y esperar que nunca se den cuenta.
Crear la confianza con los demás lleva tiempo. El sistema
militar está muy metido en la educación; hasta las escuelas en su mayoría siguen el sistema prusiano
de hace más de tres siglos. Los errores son multados, en la casa con malos
genios y hasta con castigos, en las escuelas con malas notas (y no me refiero a
los errores en los exámenes, que dicho sea de paso lo que más demuestran es lo
que se enseñó).
Las familias y los equipos deben crear un sistema de
comunicación asertiva que permita hablar de errores sin miedo a reprimendas,
como planteo por extenso en mi libro Migomismo
II – Su inteligencia Interpersonal. El objetivo debe ser encontrarlos
rápido y corregirlos. Si el líder reacciona de mala manera, los demás deberían tener la opción
de decirle que de esa forma sólo
logrará un efecto cobra. Un buen líder tiene que saber que reaccionar es
un error, y que lo llevará a conseguir lo contrario de lo que pretende.
FRASE DE LA SEMANA
“Cuando la acción de
otro me provoca una reacción es porque no he sido sabio para engendrar otra
acción.”
Diego A. Sosa
Coach, Consultor,
Conferencista y Escritor
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