sábado, 15 de marzo de 2014

PAREJAS FINANCIERAS (I)



La composición de una pareja según su estilo de gasto puede dar al traste con un matrimonio o llevarlo a una larga y sana vida financiera. Muchas discusiones intramaritales tienen origen en el dinero, algunas hasta se disfrazan de otras razones. Detallo algunas combinaciones, sus comportamientos y mis sugerencias para lograr lo mejor con vista al futuro.
Clasificando a las personas en tres tipos según su forma de accionar con relación a sus egresos, tendríamos: Los que ahorran (los ahorrativos), los que gastan más de lo que reciben (los derrochadores) y los que no hacen ni lo uno ni lo otro (los no previsores).
Derrochadora – Ahorrativo: Este tipo de pareja inicia bien pero al cabo de un tiempo la mujer le parece que su marido es tacaño. El hombre por su parte trata lo más posible de volver a su costumbre de ahorro que abandona en el tiempo del noviazgo para no aparentar poco espléndido. Es importante que ambos tengan planes a largo plazo y que la dama se convierta en administradora. Una opción es destinar una cantidad acordada de dinero por mes para que lo maneje. La mujer es administradora de nacimiento, sólo que muchos padres las enseñan a gastar y dejan de lado su gran fortaleza para el hogar.
Ahorrativa – Derrochador: Un camino seguro al divorcio. La mujer administradora sentirá inseguridad para su futuro y guardará una parte de los ingresos para tiempos malos. Es difícil mantener los gustos caros de los hombres derrochadores y a la vez crear capital para el futuro. Si el hombre no aprende y le da el control de todo el dinero a la mujer pueden pensar en la separación desde ya.
Derrochadora – Derrochador: Un camino perfecto a una gran vida… de corto plazo. Felicidad desde el noviazgo y el punto más alto llega en los primeros años del matrimonio. Los hijos traen cambios de comportamiento, lamentablemente no por mucho tiempo. El camino los lleva a las deudas y un día se darán cuenta de que ese comportamiento no es sostenible… por lo general, un poco tarde. La mujer es la que primero cambia, es más previsora a futuro, el hombre como proveedor piensa que nunca dejará de traer recursos a la cueva. Mientras más rápido suban su autoestima y aprendan a tener objetivos financieros y perseguirlos, más rápido conseguirán la verdadera felicidad. El método completo lo trato en mi libro Arco Iris Financiero.
No previsora – No previsor: Son los que podríamos llamar que viven lo comido por lo servido. Es una gran parte de la población; no desperdician, pero no ahorran para crear su futuro. Generalmente creen que están bien porque no se endeudan por el mal uso de las tarjetas de crédito, pero tampoco tienen fondo para emergencias. Mientras no tengan  problemas fuera de lo previsible podrán usar su buena imagen crediticia para comprar autos y pagar viajes. El problema llega a más tardar al momento del retiro. Lo que llamo Pobreza Senil no se hace esperar, comenzarán a vivir de la pensión y eso significará una drástica reducción en la calidad de vida. Año a año se reducirá el poder adquisitivo y al final no podrán cubrir necesidades básicas como medicina y alojamiento. Recomiendo iniciar a tiempo con el ahorro para crear capital, y como explico en mi libro, para llevarlo a ser las inversiones que cubrirán la diferencia que la pensión no cubre.
Continuara


FRASE DE LA SEMANA
“La falta de dinero no separa parejas; las deudas sí.”
Diego A. Sosa
Coach, Escritor, Consultor y Conferencista


martes, 11 de marzo de 2014

SER NO PARECER

Apoyo la teoría del filósofo alemán Richard David Precht que dice que somos varias personas y no una única. En el trabajo, en la casa, con los amigos, en la calle, etc., somos diferentes porque cada rol nos lo exige. Lo que no debemos cambiar es la base de quiénes somos.
Cuando nos comportamos igual con un cliente que con un hijo estamos perjudicando a uno de los dos; cada situación nos debe llevar a un comportamiento diferente. Sin embargo, debemos ser auténticos con los dos, o sea, no aparentar lo que no somos.
Hay quien no conoce los límites y pierde su identidad cuando se presenta ante los demás. A la corta o a la larga nos damos cuenta que no es quien vemos sino que está aparentando ser otra persona.
En una entrevista de trabajo, en un club social, en una reunión con desconocidos, en un grupo de padres del colegio, al caminar por un centro comercial, en todos los lugares que interactuamos con personas, de manera directa o indirecta, estamos dando una impresión y los demás la reciben con mucha atención. En ocasiones no nos damos cuenta, pero siempre la mostramos.
El lenguaje no verbal aparenta ser desconocido aunque la realidad es que siempre llega al subconsciente. Tema que trabajo por extenso en mi libro: Ventas, Oratoria y Lenguaje del Cuerpo.
Podemos tener miedo de que sepan lo que tenemos o no tenemos, lo importante es que no temamos mostrar quiénes somos. Esa es la gran diferencia cuando decidimos ser sin darle importancia a lo que es tener.
Cuando decidimos aparentar lo que no somos es por miedo a que no nos valoren. De inmediato nos debe quedar claro que nuestra autovaloración no va de acuerdo con lo que en realidad somos, sino que la estamos comparando con lo que tenemos o hemos logrado.
Un comportamiento basado en la apariencia muestra una autoestima desequilibrada. Cuando pensamos que los demás no nos valoran como pensamos que somos o cuando pensamos que no estamos a la altura de los demás conseguimos una baja autoestima. Si queremos que los demás nos valoren, terminamos aparentando y si pensamos que no tenemos valor, también.
La mejor forma para aparentar es comprar cosas materiales para ponernos a la altura de los que nos estamos comparando. Hoy es fácil comenzar a aparentar con bienes materiales. No necesitamos tener logros, podemos comprarlos... el dinero ajeno está a la mano sin tener que hacer algo indebido, las instituciones financieras nos lo adelantan con los créditos y el dinero plástico. Compramos automóviles, casas, vestimenta, visitamos restaurantes y hacemos viajes, entre otras cosas.
La mejor forma para no tener que parecer es ser. Simplemente sacando de nuestra vida las comparaciones y dejando de vivir con el dinero de los demás ya que cuesta mucho y nos quita poder adquisitivo.
No debo pensar que soy menos que nadie y lo consigo cuando me doy cuenta que tampoco soy más que otros. Mis logros no deben ser mi forma de medirme sino mis valores y lo que en realidad me hace feliz... que le aseguro que si hace una lista, para la mayoría de las cosas no necesitará dinero extra, simplemente tendrá que disponerse a disfrutarlas.

FRASE DE LA SEMANA
“Aparentar ser es ser quien no soy en detrimento de quien en realidad soy.”
Diego A. Sosa

Consultor, Coach, Escritor y Conferencista