“HASTA LA SOMBRA NOS ABANDONA, AL MEDIO DÍA”
Así me expresó mi amiga cubana Teresita en su Guitar Bar en
Puerto Plata conversando de la vida. Confiar en los demás y contar con ellos es
algo maravilloso. Lamentablemente, en cuestión de dinero las cosas pueden
complicar las relaciones. Dejar de confiar en todos sería perdernos de amigos
maravillosos y emociones altamente positivas; pero...
Algunos comportamientos monetarios con amigos nos pueden
llevar a perder dinero y no quisiera que pasara con nadie, prefiero dar algunas
alertas.
Ser fiador: El
valor de una amistad no es la medición para hacer a una persona merecedora de
esta gran confianza. El historial de pago es la medición que debemos tomar en
cuenta. Cuando decidimos ser fiadores debemos tomar en cuenta la posibilidad de
tener que hacer frente a la deuda dejada por nuestro amigo o familiar. Recomiendo
hacer un análisis del crédito de la persona así como lo hace una institución
financiera. Si el relacionado que necesita el fiador requiere dinero para pagar
deudas, lo más probable es que no haya cambiado sus hábitos de consumo y las
deudas sólo se incrementarán. Recomiendo tener un consejo de asesores para
otorgar tan peligrosa confianza. La mayoría de las veces lo hacemos basados en
una relación personal; la decisión termina siendo emocional y no racional. Un
grupo de asesores nos puede ayudar a salir airosos de la situación. Si sabe que
no pasará el filtro de otras personas, entonces sepa que el dinero que pone a
riesgo muy probablemente lo perderá. Al llevar el monto a pérdida posiblemente
también salga afectada la relación personal.
Dejarnos llevar de
hábitos de consumo: Hacer lo que otros hacen puede crear empatía y
otorgarnos muy buenos momentos. Salir a restaurantes, hacer viajes, celebrar
fiestas, etc. Las relaciones sociales conllevan una cuota de nuestro
presupuesto, lo importante es saber qué porcentaje es sano. Muchos gastan de
acuerdo a los otros y terminan con deudas importantes y un hueco en su
presupuesto. Las amistades no tienen que ser mantenidas a base de dinero sino
de emociones. Compartir es sano, gastar demás termina siendo demasiado
doloroso. ¿El día que dejemos de llevarles el ritmo los perderemos? Entonces no
eran los amigos adecuados ni verdaderos… sólo eran compañeros de diversión. Las
verdaderas amistades se sustentan en otras cosas, tema que desarrollo en mi
nuevo libro: Migomismo II – Su
Inteligencia Interpersonal, en capítulos especiales para las relaciones
basadas en amor y con los hijos.
Prestar dinero que
necesitamos: Hay amigos que tienen emergencias que les hacen requerir de
nuestra ayuda. La decisión tendrá que ver más con la disponibilidad inmediata
que con la planificación a futuro. Otras personas solicitan ayuda monetaria por
un manejo inadecuado de sus finanzas que los llevó a entrar en deudas y las
deudas terminaron arropándolos. Posiblemente no tienen una imagen crediticia o
la han destruido. Si le presta dinero a una persona en este estado tiene que
estar dispuesto a llevarlo a cuentas incobrables. Usted nunca será una
prioridad para ellos porque no le cobra intereses ni les pondrá una oficina de
abogados a cobrarles. Si no quiere perder el dinero y la amistad con personas
que manejan sus finanzas de manera ineficiente, entonces sólo preste dinero que
no necesita.
En resumen:
Relaciones que necesitan medir su veracidad en cantidad de dinero no tienen la
calidad para ser duraderas. Descubra quién le cuesta y decida si en verdad vale
la pena.
FRASE DE LA SEMANA
“El dinero no mantiene
relaciones; pero deudas entre relacionados, las destruyen.”
Diego A. Sosa
Consultor, Escritor,
Conferencista y Coach
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