martes, 5 de noviembre de 2013

¿POR QUÉ ALGUNOS TRIUNFAN Y OTROS NO!


Las buenas notas podrían ser un indicio, dirían muchos educadores tradicionales y una buena cantidad de padres. Todos conocemos casos de compañeros con notas sobresalientes que profesionalmente no han triunfado. Por otro lado, tenemos los de notas sólo lo justas para pasar el curso y han resultado brillantes empresarios. ¿Qué ha pasado con las estadísticas? 
Los centros educativos nos están preparando en lo básico, no en lo que nos hace triunfar. Nos educan intelectualmente, nos llenan de conocimientos y nos sacan al mercado laboral preparados para ejecutar órdenes. Llegamos a un punto donde debemos dejar que otras habilidades se encarguen de llevarnos al éxito. 
Miramos a nuestro alrededor y nos damos cuenta que ya la fórmula mágica no está resultando. Antes, la preparación y muchos títulos eran suficientes para hacernos merecedores de aumentos y promociones. Hoy, nos sorprendemos como a muchos les ha costado el puesto una subida de nivel. Habilidades como la empatía, la comunicación asertiva, el dominio de las reacciones emocionales, entre otras, pueden ser la clave para subir y mantenernos en los niveles que nos esperan. Ya no se busca un ejecutivo que mande a un grupo, las empresas saben que se puede sacar mejor provecho cuando se maneja un equipo. 
Ya no debemos presionar con reproches, sino motivar con ejemplos. No se quiere más personas que encuentren culpables, sino que busquen soluciones. Si no conseguimos ponernos en los zapatos de los demás podemos estar seguros de que nuestro puesto como gerente será sólo una pasantía. Hoy se nos exigen resultados extraordinarios y sólo se pueden lograr cuando: uno más uno suma mucho más que dos, multiplicamos fuerzas al dirigir gente valiosa, encontramos la gente correcta para el puesto exacto. 
Debemos manejar nuestras reacciones emocionales. Como explico en mi libro Migomismo - Su Inteligencia Emocional Interna, lo importante no es querer dominar la emoción, sino la reacción que tendremos cuando la emoción aparezca. Estamos programados para reaccionar en casos de peligro... nos llevará un buen tiempo cambiar esa programación porque lo que antes era peligro hoy ya no lo es. Nuestras neuronas nos preparan para la pelea cuando alguien nos agrede o pudiera agredirnos. En el trabajo debemos anticiparnos y calmar la agresión antes que nos llegue, o en su defecto, saber qué hacer con la ofensiva de nuestro interlocutor. 
Hemos visto como se calma una persona furiosa cuando le dicen que era una broma para una cámara oculta. Esa acción debemos aplicarla en caso de una situación que nos saque de nuestro equilibrio emocional y llegue a abrumarnos. 
Todos somos emocionalmente inteligentes, unos la aplicamos en diferente frecuencia que otros. Lo importante es estar en completo conocimiento de nuestra inteligencia emocional, como explico y enseño en el libro antes mencionado. 

FRASE DE LA SEMANA 
"Para tener éxito me concentro más en mis emociones que en mi intelecto." 
Diego A. Sosa Sosa 
Coach, Consultor, Escritor y Conferencista

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