Un día mi primo Juan G. me contó la siguiente anécdota: Un
colaborador se le acercó, como de costumbre casi finalizando el mes, para
solicitarle ayuda financiera:
–Jefe, ¿puede ayudarme para el pasaje de mañana? Se me acabó
el dinero del mes.
–Te estás bebiendo mi dinero.
–No, jefe, es para el pasaje.
–El dinero del transporte lo tenías que haber guardado.
Ahora quieres que yo te ayude a pagar la bebida que consumiste con él.
Muchas veces no tomamos en cuenta cuál dinero nos estamos
gastando en bienes y servicios que no tienen prioridad en nuestra vida. Si
luego nos falta, es el dinero el que hemos mal usado.
Tomar prestado para algo realmente necesario es solo una
consecuencia de no haber planificado o previsto lo que podría suceder de no
tener las reservas necesarias.
Entrar en el futuro es muy fácil, solo debemos vivir. Cuando
tenía 20 años, el futuro podía ser llegar a los treinta. Les cuento que llegué
y pasé. Si Gardel nos enseñó que “veinte años no es nada” tengo para decirles
que los que recordamos esa quizá canción hemos pasado por varios 'nada'…
matemáticamente hablando.
El futuro es relativo y es importante entenderlo. El que
cobra y usa su dinero sin tomar en cuenta que al llegar al fin de mes no tendrá
para el pasaje, es como el que usa el dinero de su cuenta sin pensar que más
adelante podrá necesitar para medicinas o reparar un bien de primera necesidad.
También existen personas que utilizan la tarjeta de crédito hasta sus últimas
gotas sin pensar en que al llegar la fecha de pago puede ser que no tengan para
saldarlas.
Muchas veces, si nos hace falta dinero para las medicinas es
porque hemos gastado el dinero de las mismas en algo que no nos hacía falta.
Precaver puede privarnos de algunos lujos, pero no precaver
no nos deja alcanzar muchos más. Es que buscar dinero caro para comprar lo que
en realidad necesitamos nos quitará la posibilidad de en el siguiente mes
adquirir lo que queremos… La vida en el futuro inmediato se restringirá sin
necesidad.
No comprar algo cuando
tenemos el dinero a mano puede resultar emocionalmente difícil. En mi libro Arco Iris Financiero recomiendo poner el
dinero mensualmente en una cuenta separada, donde solo la recuerde cada dos o
tres meses cuando vaya a invertir el capital reunido: ¿Se atreve?
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