La palabra ahorrar tiene varias acepciones lingüísticas, lo
que nos lleva a confundir lo que es asertivo financieramente hablando y lo que
tiene un efecto importante en nuestro futuro financiero. Además está el ahorro
de pagar menos por un bien, lo que mercadológicamente hablando es un éxito,
pero para las finanzas personales suele ser un gran error.
Ahorrar al comprar:
Un bien o servicio en especial no es directamente un ahorro financiero.
Entramos a una tienda y vemos un descuento; lo compramos y salimos felices a
cacarear cuánto nos ahorramos. La palabra está bien utilizada, pero para
nuestras finanzas no siempre tiene sentido. ¿Necesitábamos en bien? ¿Teníamos
planificado comprarlo? ¿Lo utilizaremos? Las preguntas nos pueden llevar a
entender que hemos comprado cosas que no necesitábamos, no las teníamos
planificadas y en pocas ocasiones las utilizamos. El ahorro del descuento no
resultó provechoso para nuestras finanzas. Al comprar el objeto hemos asignado
dinero que tenía otro destino más provechoso y necesario, simplemente por creer
que estábamos ahorrando, dinero que pudimos ahorrar… la palabra nos confundió y
nuestra realidad financiera sufrió.
Penahorro: Le
llamo así al ahorro con destino de gasto. Según estudios realizados, la mayoría
del ahorro es destinado a este tipo de fin. Las personas reúnen dinero, entre
otras cosas, para: Comprar un vehículo, hacerse de enseres domésticos, salir de
vacaciones y emergencias. Es un ahorro que tiene destino final: ser gastado en
un bien o servicio; la vida útil de ese dinero tiene fecha de caducidad. Es una
excelente forma de pagar menos por lo mismo, ya que si no hace el ahorro
terminará pagando intereses por la adquisición, o quizá nunca la haga.
Metahorro: Las
personas que ahorramos sin un destino determinado conseguimos hacer un capital
que no tendrá vuelta atrás (a menos que se haga un mal negocio, lo que a todos
nos puede pasar). Es un dinero que no tiene un fin determinado para usarse, no
es un fondo de emergencias, es simplemente nuestro camino a la libertad
financiera. Con el capital ahorrado iniciamos nuestra primera inversión, o sea,
ponemos el dinero a crecer: Podemos obtener un instrumento financiero de renta
fija, como un certificado financiero; luego podremos invertir en la bolsa de
valores, quizá empezar con bonos de renta fija; tendremos la opción de invertir
en otra moneda si no confiamos en la devaluación, etc. Todos los instrumentos
de inversión y el método completo lo detallo en mi libro Arco Iris Financiero. Por otro lado, si creamos deudas lograremos
salir de ellas usando ese dinero. De la misma forma, tendremos un capital para
iniciar un negocio; de otra manera tendríamos que pedir prestado, buscar
socios, arriesgar nuestro presente o dejar que la idea sea realizada por otro
que sí tiene el capital. El metahorro es nuestro pasaporte a la libertad, es un
dinero que hacemos crecer día a día, él nos pone dinero en el bolsillo sin
tener que trabajar, lo que llamamos ingresos pasivos… lo que yo llamo gallinas de huevos de oro.
Siempre recomiendo tener cuentas diversas para los
diferentes ahorros. Podría iniciar con dos, una para el ahorro con un fin
determinado (penahorro), como un viaje, el inicial de un vehículo, la compra de
un mueble del hogar, etc. Y otra para el ahorro perpetuo (metahorro), donde
colocará una parte de sus ingresos y sólo lo utilizará para hacerlo crecer,
incluyendo la compra de una vivienda.
FRASE DE LA SEMANA
“Ahorrar para gastar
es un buen paso; ahorrar para generar dinero es el mejor de los pasos”
Diego A. Sosa
Diego A. Sosa
Consultor, Coach,
Conferencista y Escritor
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