Uno de los factores que más influencian en nuestra infelicidad es las
personas que manipulan nuestro día a día. Puede ser que la manipulación sea de
corto tiempo o de largo alcance, pero en definitiva nos brindan tristeza al
inducirnos a hacer cosas con las cuales no estamos de acuerdo.
Manipular es hacer que las otras personas hagan lo que queremos. Hasta aquí
no suena tan mal, lo malo es que se hace con medios que muchas veces no son los
más adecuados o limpios, y lo peor, son dirigidos a conseguir intereses
particulares. En ocasiones, la otra persona piensa que será lo mejor para
nosotros, pero, ¿qué del libre albedrío?
Cuando sentimos que los intereses comunes, o los particulares nuestros, no
pueden ser alcanzados debido a la manipulación de otros, entonces nos sentimos
hasta utilizados... Eso nos hace infelices.
Hay diferentes técnicas de manipulación;
1.
Bloqueo: La otra persona
trata de bloquear cualquier aclaración o información que nos sirva para
conseguir nuestros objetivos. Naturalmente que el manipulador no tiene ningún
objetivo propio.
2.
Sabotaje durante
la conversación: El manipulador trata de que la reunión se interrumpa,
él busca todas excusas para que los temas no se puedan tratar… y ni siquiera no
toma la responsabilidad.
3.
Imposición: En esta
técnica, el manipulador tiene un objetivo y lo trata de implantar, no
importando la opinión de los demás. Normalmente amenaza, menciona tiempos
límite, habla de su última oferta, informa selectivamente, muchas veces entra
en el terreno personal con agresiones verbales y, por lo regular, salen las
emociones al ruedo.
4.
Sabotaje después
de la reunión: Es uno de los casos más frustrantes, ya que el
manipulador se muestra cooperador durante la reunión. Sin embargo, luego de la
misma, pone todos los obstáculos posibles para que los acuerdos no sean
llevados a la implementación.
¿Qué puedo hacer para defenderme?
Naturalmente que queremos algo y no podemos dejar que otro nos haga perder
el trato, tenemos que hacer nuestro trabajo:
1.
Necesitamos reconocer que existe un manipulador y a
seguidas, identificar que técnica utiliza.
2.
No podemos entrar en el mismo juego, debemos mantenernos
fieles a las reglas de juego, recordando que la primera máxima de negociación
es ganar-ganar.
3.
Ya que tenemos un objetivo definido, tenemos que
perseguirlo. No podemos dejarnos entretener con discusiones banales, ni con
artimañas de dilación.
4.
Nunca perdamos la calma, siempre escuchamos y construimos
puentes para volver al tema que nos atañe, de esa forma seguimos el diálogo en
el terreno que conocemos.
5.
Las ofensas no son personales. Si lo son, tendremos que
poner en una balanza la decisión de si en realidad queremos negociar con esa
persona. Por lo regular, vale más la integridad que un negocio.
Lo que planteo aquí, parece sólo a nivel profesional; le solicito que lo
traduzca también al nivel personal. En ese ámbito le dará más resultados aún,
ya que éstos son los que más infelices nos hacen. En mi libro: Ventas, Oratoria y Lenguaje del cuerpo
tiene todo lo necesario para llevar negociaciones al nivel más profundo
consiguiendo lo que usted necesita sin perjuicio de otros.
Nuestros hijos, nuestra pareja, nuestros padres, demás familiares y amigos
siempre quieren lo mejor para nosotros, pero de la forma que a ellos le
apetece… Reconozca cada manipulación y aplique las técnicas mencionadas para
tratar de ser menos infeliz por causa de la voluntad de los demás.
FRASE DE LA SEMANA
"El que tiene tristezas porque otro quiere que sea feliz, podrá ser
feliz cuando tome la decisión de serlo."
Diego A. Sosa
Coach, Consultor, Conferencista y Escritor
© Ing. Diego A. Sosa. Escritor, Conferencista,
Consultor y Coach de Empresas y Profesionales. Mercurio Entrenamiento y
Consultorías
1 comentario:
Excelente! Descargado en mi tableta para tenerlo siempre presente
Publicar un comentario