Ver cómo se viene deteriorando la relación entre los humanos
me lleva a pensar mucho en cómo podemos lograr revertir la tendencia. Quizá soy
anticuado y pienso que las relaciones humanas son importantes y lo deben ser en
el futuro.
Como no soy usuario de teléfonos inteligentes, con todo lo que
significa esto para una sociedad moderna, quizá no puedo entender que en el
futuro no necesitaremos de una relación con otras personas y que es mucho mejor
ser moderno. Pero trataré de exponer mi punto para no lamentarme en un futuro
de no haber intentado algo...
Soy un estudioso del comportamiento humano y del cerebro. Las
conexiones que traemos de fábrica y las que hemos ido creando nos llevan a
tener una programación que nos sirve para vivir y sobrevivir.
Muchos patrocinan la teoría de que la célula básica de la
sociedad es la familia. Yo me adhiero a la idea de que es la manada a la que
pertenecemos. Es que no sólo defiendo a los que están en mi propio techo o
salieron de él, también tengo una familia de ascendentes (quizá algunos
lectores tienen descendientes). Los hermanos y familia de los hermanos. Luego
están los tíos y los primos. Los amigos más íntimos y compañeros cercanos. Y
uno que otro allegado. Esa manada debe estar entre las treinta y sesenta
personas. Normalmente el número más bajo es el más común.
Para entender el concepto anterior, cuando vemos un video en
que a alguien le pasa algo gracioso (doloroso), si fuera alguien de nuestra
manada cerraríamos instantáneamente los ojos y encogeríamos los hombros. O sea,
sentiríamos también lo que siente esa persona. La cercanía genera la empatía y
por ende, terminamos protegiéndonos. Un político ladrón es malo cuando no es de
nuestra simpatía... quizá deje de sernos simpáticos por corrupto. Si es
familiar, por lo regular, nos resistiremos a creer los hechos.
El método de relacionarnos con las personas está cambiando.
Anteriormente utilizábamos un detector de emociones infalible... nuestra
visión. Algunos piensan que es un sexto sentido, pero no es así, las
microexpresiones y el lenguaje corporal nos dicen cuándo una persona está triste,
feliz, desprecia algo o a alguien, tiene asco, repudia, se sorprende, etc. En
mi libro Ventas, Oratoria y Lenguaje del Cuerpo se detalla todo al respecto.
La forma de comunicarnos se va convirtiendo en intercambio de
letras y figuras. Hoy podemos decir al mundo que estamos felices poniendo una
carita con sonrisa, (muchos entenderían simplemente con dos símbolos gráficos
:) que generan la sonrisa mencionada). El problema es que no tengo que estar
realmente feliz para que todos crean que lo estoy. Lo mismo pasa con las demás
emociones que podemos descubrir sólo si estamos viendo a la persona.
Podríamos pensar que estamos acercando más personas a nuestra
manada con la facilidad que nos ofrece la tecnología de tener a todo el mundo
al alcance de unas pocas teclas. Yo lo veo de otra forma: Nuestro cerebro está
siendo confundido por emociones expresadas al gusto del momento... y nunca
hemos sido completamente sinceros al momento de expresar premeditadamente
emociones.
Nos será cada vez más difícil hacer empatía con la gente y
tendremos cada vez más decepciones de las personas que integremos a nuestra
manada. El resultado puede ser escepticismo cuando conozcamos una nueva
persona. Quizá mantengamos buenas relaciones virtuales y huyamos de las
personales.
Si esto pasa nuestras manadas serán cada día más pequeñas y
nuestro encierro será mayor.
Para mí nada sustituye la cercanía de una buena conversación
cara a cara con personas que congenio.
FRASE DE LA SEMANA
"Cada día me doy
cuenta que prefiero menos relaciones; opto mejor por pulir las buenas."
Diego A. Sosa
Consultor, Coach,
Escritor y Conferencista
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