Una de las desmotivaciones más frecuentes llega cuando nos
concentramos en ser perfectos en lo que somos débiles. Luchar contra la
corriente no es tan sabio como buscar otro camino para llegar al destino que
nos hemos trazado... un camino en el que podamos poner en ejecución nuestras
fortalezas.
El pingüino aparenta ser un error de la naturaleza. Nace como
ave y tiene plumas. Sus patas cortas, cuerpo desproporcionado y las alas
pequeñas no le permiten levantar vuelo. No le dieron nada bueno, todo fue
equivocado… ¡Aparentemente!
Este animal es el rey de la adaptación. Es un ejemplo a seguir
por los que creen que no pueden logar algo... lo importante es saber qué
deseamos. Muchos se interesan en alcanzar lo que los otros hacen y se
desenfocan en su objetivo real.
Querer volar no es la meta de los pingüinos, sino vivir. Sus
alas no les sirven para levantar el vuelo, pero las convirtieron en aletas para
“volar” dentro del agua llegando a alcanzar velocidades de hasta 60 Km/h. Sus
patas no les son buenas para desplazarse en tierra, pero las usan como un
infalible timón dentro del agua que les sirve para hacer movimientos maravillosos
para escapar de sus depredadores o conseguir su comida. Su plumaje es demasiado
pesado para el vuelo, pero lo aprovechan al máximo para defenderse de las bajas
temperaturas de la región donde viven.
Un animal pequeño y con tantas contrariedades no está en
peligro de extinción y por el contrario, representa un ejemplo a seguir hasta
para el desarrollo de la humanidad. ¿Quién pudiera pensar ahora que es un error
de la naturaleza?
Hacer las cosas como lo hacen los demás no es de sabios. Es
como andar siempre el camino que otros recorrieron... sólo llegaremos a donde
los demás llegaron, lo único es que siempre arribaremos después que ellos. No
es que siempre hay que inventar un nuevo camino, la idea es aprovechar lo que
otros hicieron y seguir desarrollando. Pero en otras ocasiones debemos
arriesgarnos a que nos llamen locos por intentar algo nuevo... a todos los
inventores los han rechazado por su comportamiento emprendedor, y luego los
hemos reconocido.
Una jirafa nunca podrá volar, eso no le preocupa. Lo importante
para ella es comer en las circunstancias que le toca vivir. El pingüino que
intente alimentarse de hojas que están en la copa de los árboles morirá de
hambre... a menos que le pague a una jirafa para que le baje la comida.
Hay personas que se pasan la vida quejándose de la mala suerte
de no haber nacido con tal o cual cosa, nunca se concentran en ver las tantas
otras que tienen que millones desearían poseer. Llegan al final de sus vidas
para darse cuenta que nadar contra la corriente no les permitió avanzar, que
sus fortalezas eran caminar y escalar... que por la orilla del río hubiesen
llegado al destino que se propusieron, fácil y rápidamente.
Uno de los principales problemas que tenemos nace de querer
compararnos con otros. Desde pequeños nos ponen bardas para saltar: Lo que han
logrado o quisieron lograr nuestros padres y hasta abuelos; lo que hacen
nuestros familiares contemporáneos; los mejores de la escuela o en el deporte u
otra actividad extracurricular son la medida a vencer; los modelos típicos de
la sociedad, como los niños llamados superdotados; lo que hacen los famosos;
etc.
Olvidarnos de las comparaciones nos ayudará a encontrar
nuestro propio camino... no es que no los usemos como referencia o inspiración,
es que no tratemos de competir. La idea es ser mejores que nosotros mismos, no
que los demás... eso llegará como consecuencia.
FRASE DE LA SEMANA
"Concentrarme en
mis desventajas sólo me lleva a ser menos desventajado; aprovechar mis fortalezas me hace mejor."
Diego A. Sosa
Coach, Escritor,
Conferencista y Asesor
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