En muchas personas podremos ver cómo será su cultura
financiera siendo aún muy jóvenes. Con un experimento que se hizo con niños se
pudo encontrar más tarde una relación con su éxito y su forma de pensar desde
pequeños. Planteo aquí mis conclusiones con respecto al comportamiento
financiero que tendrán en el futuro de darse ciertas variables y algunas sugerencias
que resultarían de ayuda.
El experimento se originó en la universidad de Stanford a
finales de los años sesenta y principios de los setenta. Los científicos
tomaron varios grupos de niños de aproximadamente seis años y les dieron un malvavisco
(marshmalow), indicándoles que, si esperaban a que regresaran sin comerlo, les
darían como recompensa uno más. El experimento se ha repetido en diferentes lugares,
diferentes etnias y con diferentes objetos. Los resultados son siempre muy
parecidos, lo que comprueba su veracidad.
Los niños que han esperado demuestran que tienen una
inteligencia emocional superior a los demás y lo más interesante es el éxito
que han tenido en la vida con el pasar de los años.
Paso a las finanzas personales. Un niño que es capaz de
esperar quince minutos frente a un malvavisco, galleta o cualquier golosina de
su gusto, con tal de recibir una recompensa, es un ser que tiene la preparación
mental suficiente para ahorrar con la visión de, en un tiempo prudente,
conseguir comprar lo que desea y duplicar su adquisición.
Es más que paciencia, es preparación mental, es una
filosofía de vida. Lamentablemente bombardeamos a los jóvenes para que se
apresuren a comprar con el dinero que aún no han ganado y bajamos su EQ (Coeficiente
de Inteligencia Emocional) y, por ende, lo que en mi libro Arco Iris Financiero
defino como el FQ (Coeficiente de Inteligencia Financiera Personal).
Muchos están preparados para conseguir un triunfo
financiero, sólo necesitarán las herramientas necesarias para: a)No dejarse
dañar la inteligencia emocional, y b) Conseguir construir una cultura
financiera sana y productiva.
Comprar con una tarjeta de crédito y no tener el efectivo al
momento de pagarla puede llevar el monto gastado al doble en menos de un año.
Si espero, en un año tendré para comprar dos y posiblemente en cuatro meses
puedo reunir el dinero para obtener lo que quería. Es exactamente lo mismo que
esperar el malvavisco de recompensa después de 15 minutos.
Es importante comprender que no es cuestión de esperar, es
una pregunta de cómo quiero llevar mi vida. Adelantándome para obtener todo
inmediatamente o teniendo disciplina para obtener las recompensas.
Deseamos que nuestros hijos tengan lo que no tuvimos. No
soportamos que nos pidan más de tres veces y cedemos ante las presiones que nos
ponen. ¿Qué les estamos enseñando con esa actitud?
Colocar los niños a prueba puede darnos una idea de cómo
están preparados emocionalmente para construir una vida de éxitos. Pero lo más
importante es lo que hagamos con la información resultante.
A unos cuantos tendremos que ayudarlos para que no pierdan
el buen camino, fortalecer su mentalidad e incentivarlos a que no se desvíen
por el ambiente consumista que los rodea; o sea, subirles su autoestima y toda
su inteligencia emocional.
A otros, tendremos que cambiarles completamente el rumbo. No
sólo en lo financiero, en todo lo que se refiere a construir el éxito con pasos
firmes. Enseñarlos a invertir para recibir las recompensas.
FRASE DE LA SEMANA
"El que vive por
adelantado obtiene menos."
Diego A. Sosa
Coach, Consultor,
Escritor y Conferencista
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