miércoles, 2 de noviembre de 2016

KARŌSHI: MUERTE POR EXCESO DE TRABAJO

Los japoneses tienen un nombre particular a la causa de que las personas se queden sin vida por motivos laborales. Principalmente derrames cerebrales y problemas cardíacos son los encargados de aumentar la mortalidad.
En el 1969 se conoció formalmente el primer caso y en el 1987 el departamento de salud lo reconoció como tal. Un caso muy comentado fue el ingeniero de una automotriz que trabajó más de 80 horas extras en sus últimas dos semanas de vida… todo por llevar a fin un proyecto importante de la empresa. Su hija lo encontró en su apartamento el día antes de su siguiente viaje de negocios.
Siempre reconocemos la disciplina de los japoneses, su tenacidad para lograr resultados, su obediencia y mucho más. Todo lo que lograron para levantar esa gran nación de las cenizas después de la segunda guerra mundial. Pero, porque siempre debe haber un pero, ¿es esa la mejor forma o la que debe ser constante?
Me parece que muchas empresas están pasando por una peligrosa situación, la llamaré “adicción al éxito”. Es como una escalera sin fin: Ser mayores cada año; luego ser las mayores; y cuando ya lo son, proteger ese lugar y romper nuevos records.
Nada de eso es malo, por el contrario, es motivador y trae bienestar a sus trabajadores… ¡Oh, disculpe! Me confundí en el tiempo verbal utilizado; dije “trae” donde debí decir “debería traer”. Qué lindo y específico es el lenguaje.
Digo “debería traer” porque en la gran mayoría de los casos el sacrificio personal de los trabajadores es lo que lleva a ese logro total de la empresa, y estoy en completo desacuerdo. “Dar la milla extra”; “Saber trabajar bajo presión”; y otras consabidas frases que hoy usan las empresas son mortales para el equilibrio interno de sus colaboradores, quienes hacen que la empresa logre los resultados… sí, a los que despiden cuando deciden que alguien debe tener la culpa, que lo puede hacer mejor o por menos dinero.
Karōshi viene a definir un efecto que está pasando sigilosamente en muchas sociedades. La tendencia es a incrementarse y la apatía de las empresas por el humano es cada día más hipócrita… Sí, antes había un departamento de personal, ahora se llama gestión humana, pero no veo que haya una tendencia real a salir de lo que fue, departamento de recursos humanos. Estamos tratando a las personas como recurso, sacándoles cada vez más como si no tuvieran límites, comparándolos como si no fueran diferentes (o sea, humanos)… Podría resumirlo: Tratamos a las personas como si nosotros no fuéramos semejantes.
Al final de cuentas exigimos porque nos exigen, no sabemos romper la cadena de maltrato y no nos damos cuenta que somos parte de esa cadena, un día también romperá por nosotros y nos sustituirán para seguir el ritmo cada día más frenético.
Abogo por empresas conscientes, donde la gente guste de trabajar, no por el salario, sino por el balance personal: Tiempo, dinero, salud, emociones y relaciones. Lo que trabajo en mi libro Tú eres la estrella. Necesitamos esa armonía.
Lamentablemente las personas le damos más valor al dinero que al equilibrio y al final de cuentas el karōshi se va introduciendo con fuerza en la sociedad y más personas van perdiendo facultades o la vida por causa de accidentes cardiovasculares, depresiones o del ya tan de moda Burnout.


FRASE DE LA SEMANA
“Llevarnos de poseer nos hace valorizar un trabajo por el ingreso; prefiero valorar el balance de vida”

Consultor, Conferencista, Coach y Escritor

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