jueves, 10 de noviembre de 2016

"A JUVENTUD OCIOSA VEJEZ TRABAJOSA"


Les dejo aquí mi columna de la Revista Forbes




A JUVENTUD OCIOSA, VEJEZ TRABAJOSA

La vida es larga y corta a la vez, todo depende hacia dónde miramos y de cómo la estemos pasando. Las personas que disfrutan de salud y buena fortuna pueden sentir que el tiempo pasa volando. Aquellos que no tienen ingresos suficientes para honrar los compromisos asumidos pueden ver los meses como años y los años como décadas.
Mirar hacia atrás, por lo regular, nos da la sensación de que el tiempo pasa volando. No importa cuántas vueltas dio el reloj o la cantidad de hojas que le quitamos al calendario, casi siempre fue rápido; el fin de semana, 15 días de las vacaciones, la juventud… sí, menciono eventos buenos. Un año de mal vivir parece una década, al igual que dos días en un trabajo de mal gusto aparentan una semana.
Si nuestra perspectiva es al futuro pensamos que tenemos mucho tiempo. Si a las siete de la mañana miramos todo lo que pensamos hacer nuestro día parecería tener cuarenta y siete horas; cuando está terminando es que nos damos cuenta que no rendía tanto como creíamos. Al inicio del mes pensamos que lograremos tantas cosas que hasta vamos dejando algunas para más adelante. Las metas de principio de año por igual. ¿Qué pasará con nuestro futuro financiero? Falta tanto que muchos empujan la decisión de crearlo para más adelante.
Siempre recuerdo un anuncio televisivo sobre la jubilación en España. Salían los jóvenes españoles de fiesta, mucha “marcha” era su dogma. Los comparaban con los alemanes, quienes según el anuncio estaban trabajando de sol a sol. Luego salían los ibéricos más maduros, con menos fuerzas y aún trabajando. Los alemanes retirados aparecían de “marcha” en las playas españolas. El mensaje era que mientras los españoles estaban de fiesta, los alemanes trabajaban, pero al momento de jubilarse se invertían los papeles.
Analizaré algunos puntos por los cuales pienso que el futuro le llega a la mayoría de las personas, y que mi generación no estará preparada financieramente para vivir esa etapa sin declinar gran parte de su calidad de vida.
Vivimos más tiempo: La tecnología y los avances médicos han llevado la expectativa de vida a niveles impensables. Mientras a principios del siglo pasado era poco más de treinta años ahora estamos rondando los noventa. Hace cuarenta años una persona de sesenta parecía un anciano y le quedaba poco de vida (salvo algunos que subieron el promedio del conjunto), no hacía falta demasiado dinero para vivir los años de retiro. Hoy hablamos de más de 25 en promedio. ¿De dónde saldrá dinero todo ese tiempo?
Las deudas: Veo la sociedad moderna recibiendo más ingresos que nunca antes; como reflejo tiene un poder adquisitivo mayor y por ende una posibilidad mucho mayor de endeudarse, o sea, de adelantar el futuro utilizando el dinero de otros. Aunque aparentamos tener mucho, como vehículos, vestimenta y viajes, en realidad si no lo hemos pagado no son nuestros. La vivienda es para mí una obligación, siempre que sea dimensionada a mis necesidades y mis posibilidades. Muchos sacan su balance después de muchos años trabajando y deben el vehículo que tienen, aún queda 20 años por pagar la vivienda y tienen deudas de consumo. Es poco lo que les resta.
Vivir cada día como si fuera el último de mi vida: El dogma de vivir hoy pensando que mañana puedo no estar vivo nos lleva a que cada día nos equivoquemos y no creemos nuestro futuro.
Sacar una parte de nuestro dinero para el futuro no es desaprovechar nuestro presente, es tener dinero para no pagar intereses y crear capital para recibir ingresos sin tener que trabajar. Puede: Aumentar su plan de retiro; invertir en bienes raíces; adquirir certificados financieros o papeles en la bolsa de valores; etc. Lo importante es construir el inminente futuro.

“Mi peor inversión a futuro sería no invertir en mi porvenir”
Consultor, Conferencista, Coach y Escritor



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