Es interesante ver cómo estamos viviendo en medio de dos
aguas. Hijos que mandan a sus padres y abuelos que creen que enseñaron a sus
hijos. Las redes sociales están repletas de dichos de personas que criaron a
punta de correa y los que están orgullosos de los golpes recibidos.
Las consecuencias de la obediencia están demostradas en muchos
ámbitos. A partir de personas obedientes se han cometido las peores barbaries
de la humanidad. En mi libro Migomismo II
– Su Inteligencia Interpersonal expongo cómo el experimento de Milgram nos
muestra que la obediencia lleva a las personas a hacer cosas que no deberían y
contra sus valores.
Milgram hizo que voluntarios le dieran descargas eléctricas de
hasta 300 voltios a alumnos que respondían mal a preguntas. Claro que la
energía no era verdadera y el alumno era un actor. El voluntario no lo sabía.
El experimento se ha repetido de diferentes formas y en diferentes culturas
como detallo en mi libro, y los resultados siguen siendo los mismos.
Milgran quería encontrar qué había llevado a los militares del
ejército alemán a actuar en la matanza de Josephus. Se ha demostrado que todos
somos capaces de actuar de la misma manera si somos seguidores y nos doblegamos
al mandato de un superior. Dos tercios de los voluntarios le dieron el castigo
máximo a los supuestos alumnos, a pesar de sus gritos por liberarse.
Muchos piensan que los golpes los hicieron una persona de
bien. La mayoría de ellos se convirtieron en personas obedientes, consiguieron
un trabajo con un jefe bien mandón y tuvieron hijos a quienes también obedecen.
Sí, ahora les tienen miedo a sus hijos. Claro, no son todos, pero los estudios
que hemos hecho nos dan una gran mayoría. Observe a su alrededor cuántos padres
viven haciendo sólo lo que sus hijos les permiten hacer. ¿Quizá los hijos
también tienen correas que utilizan!
Con golpes sólo obtendremos personas con miedo y con una
autoestima frágil. La base para cualquier comportamiento sano es una autoestima
alta. Y no quiero confusiones, veo en las redes muchas fotos y caricaturas
mostrando lo que supuestamente es una alta autoestima... Por ejemplo, una dama
con sobrepeso que se ve al espejo como una esbelta mujer de catálogo de prendas
íntimas... eso no es alta autoestima, eso es una alta estima alta, que nos
lleva a una baja autoestima. O sea, nos creemos algo que realmente no somos. En
mi libro lo explico con lujos de detalles.
Para resumir mi concepto: Cuando nos doblegan con golpes, ya
sean físicos o psíquicos, terminamos creyéndonos menos. "Tú si eres
bruto", "¿a quién habrá salido?", "nadie se va a enamorar
de ti" y demás vejaciones terminan corroyendo nuestra autoestima.
Personas con autoestima baja no pueden ser emprendedores,
terminan siendo conejillos de india y obedientes corderitos, a veces con una
gran bocota. ¿Cómo atreverse a
iniciar un negocio si desde pequeño le dijeron que no sería capaz de nada? O
por el contrario, lo inicia y desde que tiene entradas utiliza el dinero para
mostrar que sí podía tener éxito. El dinero que necesitaba para seguir el
negocio... o el dinero que le prestaron por su buena imagen crediticia.
Golpear, física o mentalmente, a los demás para obtener lo que
queremos de ellos es la mejor forma de atrofiarles parte de su futuro. Prefiero
motivarlos a lograr cosas y ayudarlos a no cometer errores.
FRASE DE LA SEMANA
"Quien decide
maltratar es porque no sabe guiar."
Diego A. Sosa
Coach, Consultor,
Conferencista y Escritor
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