Recordando mis tiempos de niño me viene a la mente la bella costumbre de hacer sonar una alcancía al depositar monedas en ella. Cuando logramos pasar esa experiencia a la vida de adulto conseguimos convertir el ahorro en un hábito sano. Pero más importante es lo que debemos lograr con el capital ahorrado.
La alcancía se llenaba y era hora de hacer algo con su contenido. Llegué a abrir algunas que traían premios. Lo depositaba en mi cuenta de ahorros, mi libreta recibía un nuevo balance y sabía que reunía dinero para algo. El inconveniente llega cuando no sabemos qué hacer con los ahorros… esa útil práctica termina no dando los frutos que podría ofrecer.
El ahorro debe verse como una siembra, no como la cosecha en sí. O sea, no tomar el dinero ahorrado y gastarlo sin sentido. La idea es primero determinar lo que queremos lograr con el dinero depositado fijamente y luego comenzar el ritual de hacer sonar la alcancía periódicamente.
No debemos confundir nuestra cuenta de ahorro perenne con cuentas de ahorros de objetivos determinados. Si deseo comprar un vehículo debo tener una cuenta específica para ese objetivo. Sabiendo el tiempo que tengo para lograr mi meta y el monto necesario podré dividir mis cuotas. Debe tener tantas cuentas especiales como metas financieras se proponga.
El ahorro perenne es una cuenta que recibirá un porcentaje específico de nuestros ingresos. No es imprescindible pensar en un objetivo final… la meta real es hacernos libres financieramente.
El monto que vamos reuniendo en la cuenta sin caducidad debemos invertirlo para hacerlo rendir por encima de la pérdida por inflación. Saber de inversiones y ocuparnos de ellas es de suma importancia. Pueden ser de bajo riesgo como certificados de depósito u otros instrumentos de capital que tienen las instituciones financieras.
Por otro lado, están las inversiones de mediano riesgo y mediano plazo como son los bonos de empresas y de gobiernos. El rendimiento es mayor que en inversiones básicas. Son muy recomendables para las personas que no desean o pueden involucrarse en aprender de inversiones más complejas. Una buena elección elimina riesgos innecesarios. Recordemos que el nivel de intereses nos indica el riesgo que se corre. Rendimientos desmedidos tienden a indicarnos altas probabilidades de perder nuestro dinero.
También existen las inversiones a largo plazo como los inmuebles. Por lo general, hace falta un capital mayor. Existen varias informaciones importantes que debe tomar en cuenta para hacer inversiones inmobiliarias; estúdielas y aprenda todo lo posible para que su inversión sea un éxito. No crea que el negocio lo hará al vender, piense que la ventaja la debe tener al comprar. Una adquisición de oportunidad o una esperanza de plusvalía es determinante en este tipo de inversiones.
Enseñar a los niños y jóvenes a guardar parte de sus ingresos les otorgará una de las mejores herramientas para evitar problemas financieros durante su vida. Sentir la seguridad de tener invertido el diez por ciento de todo lo que hemos ingresado en nuestra vida nos hace sentir libres.
A los niños le damos dinero, los abuelos le hacen regalos, por alguna labor reciben ingresos y generalmente el destino de ese dinero son compras de objetos innecesarios, ya sea de inmediato o después de un tiempo. Debemos hacerlos ver sus objetivos y mostrarles cómo es posible lograrlos… será una formidable costumbre.
FRASE DE LA SEMANA
“Lo útil es ahorrar con objetivos.”
Diego A. Sosa
Consultor, Coach, Escritor y Conferencista
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