Estoy sentado en un restaurante después de almorzar y veo en
la mesa contigua a una joven parejita. No es que sea entrometido, me quedan de
frente y llaman mi atención. Como estaba escribiendo comparto lo que observo de
la conducta humana.
Ambos hacen el mayor de los esfuerzos por no mostrar una parte
que piensan el otro rechazará; mientras, intentan por todos los medios dar una
imagen de lo que piensan causará la mejor impresión.
En el ajedrez social que jugamos estamos convirtiéndonos en
entes que no somos, que no queremos ser, pero que pensamos que debemos ser. A
la larga nos conocen como somos y se sienten engañados.
Los jóvenes que tengo en frente salen por primera vez. ¿Qué
cómo lo sé? No es difícil saberlo al observar su lenguaje corporal e
interpretar su comportamiento y vestimenta, es solo ponerlo todo en contexto…
deducción lógica. Quizá se conviertan en pareja, sus esfuerzos por impresionarse
deben ser recompensados y el lenguaje corporal de ella me lo confirma al tiempo
que avanzo en este escrito. Si quiere saber más de esa lengua casi muerta puede
encontrarlo en mi libro: Ventas, Oratoriay Lenguaje del Cuerpo.
Quisiera que ellos pasaran rápido esta etapa de mercadeo y
dejen de esconder lo que en realidad son (hasta podría gustarle al otro). Al
final, la duración de esa relación estará condicionada a esas personas que
esconden, no a la que tratan de mostrar, las que yo como profesional desde mi
mesa puedo ver con transparencia.
Ser auténtico conlleva sus riesgos, lo entiendo. No sugiero
que desde el inicio dejemos salir esa parte de la que no estamos orgullosos. ¿Por
qué pienso así? De estar orgullosos no la esconderíamos. Reconocer que algo
puede ser rechazado nos debe llevar a rechazarlo, cambiarlo de raíz y sentir
autenticidad en nuestro accionar con ese nuevo yo.
Tratar de ser aceptados socialmente consume demasiadas
energías y nos lleva a una unión con una persona que no es compatible con
nosotros.
La temporada del mercadeo debe ser para conocer a la
verdadera persona, como explico en mi libro sobre las relaciones
interpersonales, Migomismo II. Debemos
estar abiertos a aceptar y poner en una balanza. Decidir racionalmente si es la
persona para pasar parte o el resto de nuestra vida. Debemos vivir las
emociones sin lanzarnos a un precipicio. Les cuento, están cada vez más cerca…
ya casi.
Por: Diego A. Sosa
Coach, Conferencista, Consultor y Escritor
Coach, Conferencista, Consultor y Escritor
1 comentario:
Excelente
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