domingo, 16 de abril de 2017

HASTA QUE EL SMARTPHONE NOS SEPARE

Hace unos días cenando en un restaurante observé a la pareja de la mesa contigua. Lo que parecía una velada romántica me llevó a ver cómo han cambiado las cosas desde mis tiempos mozos.
En contadas ocasiones los vi hablar con miradas sostenidas… bueno, sostenidas entre ellos, porque el aparato inteligente sí las obtenía. Sé que es una nueva forma de relacionarse y que estoy viejito (porque quiero estarlo o porque no deseo cambiar), pero deseo llamar la atención de todos con relación a otras intromisiones del nuevo amigo íntimo.
Al casarnos podría ser tomado en cuenta el teléfono móvil. La declaración de amor debería conllevar un aparte de tolerancia para el uso, de lo contrario, llegará el día que será el causante de la separación. Cuando el amor irracional empieza su decadencia comenzamos a notar cómo es de útil esa tolerancia.
Falta de atención: Dedicarle más tiempo a los que no están presentes puede producir roces o competencias. Sé que hoy ambos hacen lo mismo, pero créame que nuestro cerebro aún no está preparado para compartir a la persona que amamos irracionalmente. Quitando el tiempo que no estamos juntos y el que pasamos durmiendo, queda poco para compartir. Ya sé, existe una gran frase: “Yo le dedico tiempo de calidad”. Siga durmiendo de ese lado y se lamentará.
Trabajo permanente: Es insólito que nos exijan siempre estar a la orden. Me refiero también a los clientes. Como ya todos tienen nuestros números personales creen que a cualquier hora debemos responderles. Los jefes obtienen cada día más la patología de adicción al trabajo. Por ende, envían mensajes de texto a cualquier hora por el medio inadecuado… sí, por el WhatsApp.
Lo nuestro es primero para nosotros: Las parejas tienen códigos secretos de comportamiento que ni ellos conocen. Saber antes que los demás lo que al otro le sucede es algo más que especial. La cámara del teléfono y su acceso a las redes destruye toda posibilidad de mantener esa vieja costumbre. Compartirlo todo a gran velocidad no es lo más romántico.
Hay muchos puntos más. La comunicación es la base de una relación sana y duradera, la que trabajo por extenso en mi libro Migomismo II.

¿Se atreve a revisar si el inteligente aparatito le está distanciando de su pareja y tomar determinaciones para que le una a ella?