“¿Cómo es que tú siendo dominicano eres entrenador de fútbol
en un club alemán?” Me preguntó un día uno de los padres de los niños que
entrenaba. No fue el único, ni el último.
He vivido más de la mitad de mi vida como forastero en
varios países. Muchos años en el extranjero, y hasta en mi propio país he
gozado de ese estatus. Es interesante cómo la gente espera acciones y actitudes
específicas de los demás, en ocasiones hasta contrarias al comportamiento
observado. Pensar que los dominicanos somos todos peloteros es algo que no está
lejos de la realidad… solo que es “casi” todos. Esa pequeña palabra hace una
gran diferencia.
El problema de los estereotipos no es que sean falsos, sino
que son incompletos y, por lo tanto, no son concluyentes.
Podemos pensar que el básquet no es un deporte para blancos,
pero cuando vemos la más alta liga del mundo nos cercioramos de que no es así.
Los dominicanos somos predominantemente peloteros, pero Alfred Horford triunfa
junto a otros dominicanos en la NBA. Mariano Díaz inició su carrera de triunfos
en el fútbol con uno de los equipos más importantes del mundo, el Real Madrid.
Algo muy interesante es ver cómo programamos y nos dejamos
programar. Decimos y nos dicen que no podemos llegar a hacer o ser algo por llevarnos
de los estereotipos. Si nos creemos esas conclusiones lograremos menos de lo
que en verdad podemos.
Se han realizado muchos estudios que demuestran cómo las
personas que se creen un estereotipo, por ejemplo por género, consiguen peores
resultados. Por ejemplo, antes de realizar la prueba se les dice a un grupo que
los hombres siempre consiguen peores resultados. En los grupos que no se les da
esa información, falsa por demás, no existe diferencia en los resultados.
Existen experimentos que demuestran que no hay diferencia en
rendimiento entre los niños que inician desde pequeños a tocar ciertos
instrumentos musicales. No importa el color de su piel para llegar a dominarlo.
Somos bombardeados por estereotipos, solo tenemos que ver
una película hecha en Estados Unidos y pensaremos que los italianos son
mafiosos y los latinos delincuentes. Todos sabemos que no es así, pero hasta lo
llegamos a creer sin ver a nuestro alrededor.
“Las mujeres (o los hombres) son malas (o malos) para…” ¿Te
atreves a vencer hoy un estereotipo que no te deja avanzar en algo?
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