Les dejo aquí mi columna de la Revista Forbes
A JUVENTUD OCIOSA, VEJEZ TRABAJOSA
La
vida es larga y corta a la vez, todo depende hacia dónde miramos y de cómo la
estemos pasando. Las personas que disfrutan de salud y buena fortuna pueden sentir
que el tiempo pasa volando. Aquellos que no tienen ingresos suficientes para
honrar los compromisos asumidos pueden ver los meses como años y los años como
décadas.
Mirar
hacia atrás, por lo regular, nos da la sensación de que el tiempo pasa volando.
No importa cuántas vueltas dio el reloj o la cantidad de hojas que le quitamos
al calendario, casi siempre fue rápido; el fin de semana, 15 días de las
vacaciones, la juventud… sí, menciono eventos buenos. Un año de mal vivir
parece una década, al igual que dos días en un trabajo de mal gusto aparentan
una semana.
Si
nuestra perspectiva es al futuro pensamos que tenemos mucho tiempo. Si a las
siete de la mañana miramos todo lo que pensamos hacer nuestro día parecería
tener cuarenta y siete horas; cuando está terminando es que nos damos cuenta
que no rendía tanto como creíamos. Al inicio del mes pensamos que lograremos
tantas cosas que hasta vamos dejando algunas para más adelante. Las metas de
principio de año por igual. ¿Qué pasará con nuestro futuro financiero? Falta
tanto que muchos empujan la decisión de crearlo para más adelante.
Siempre
recuerdo un anuncio televisivo sobre la jubilación en España. Salían los
jóvenes españoles de fiesta, mucha “marcha” era su dogma. Los comparaban con
los alemanes, quienes según el anuncio estaban trabajando de sol a sol. Luego
salían los ibéricos más maduros, con menos fuerzas y aún trabajando. Los alemanes
retirados aparecían de “marcha” en las playas españolas. El mensaje era que
mientras los españoles estaban de fiesta, los alemanes trabajaban, pero al
momento de jubilarse se invertían los papeles.
Analizaré
algunos puntos por los cuales pienso que el futuro le llega a la mayoría de las
personas, y que mi generación no estará preparada financieramente para vivir
esa etapa sin declinar gran parte de su calidad de vida.
Vivimos más
tiempo: La tecnología y los avances médicos han llevado la expectativa de
vida a niveles impensables. Mientras a principios del siglo pasado era poco más
de treinta años ahora estamos rondando los noventa. Hace cuarenta años una
persona de sesenta parecía un anciano y le quedaba poco de vida (salvo algunos
que subieron el promedio del conjunto), no hacía falta demasiado dinero para
vivir los años de retiro. Hoy hablamos de más de 25 en promedio. ¿De dónde
saldrá dinero todo ese tiempo?
Las deudas: Veo la
sociedad moderna recibiendo más ingresos que nunca antes; como reflejo tiene un
poder adquisitivo mayor y por ende una posibilidad mucho mayor de endeudarse, o
sea, de adelantar el futuro utilizando el dinero de otros. Aunque aparentamos
tener mucho, como vehículos, vestimenta y viajes, en realidad si no lo hemos
pagado no son nuestros. La vivienda es para mí una obligación, siempre que sea
dimensionada a mis necesidades y mis posibilidades. Muchos sacan su balance
después de muchos años trabajando y deben el vehículo que tienen, aún queda 20
años por pagar la vivienda y tienen deudas de consumo. Es poco lo que les resta.
Vivir cada día
como si fuera el último de mi vida: El dogma de vivir hoy pensando
que mañana puedo no estar vivo nos lleva a que cada día nos equivoquemos y no
creemos nuestro futuro.
Sacar
una parte de nuestro dinero para el futuro no es desaprovechar nuestro presente,
es tener dinero para no pagar intereses y crear capital para recibir ingresos
sin tener que trabajar. Puede: Aumentar su plan de retiro; invertir en bienes
raíces; adquirir certificados financieros o papeles en la bolsa de valores;
etc. Lo importante es construir el inminente futuro.
“Mi peor
inversión a futuro sería no invertir en mi porvenir”
Consultor,
Conferencista, Coach y Escritor
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