Quizá lo mismo que venía haciendo, o quizá ni cuenta me
diera qué quiero cambiar… Pero,
como el año cambia de nombre,
nos amarramos a la tradición y comenzamos a buscar cosas que debemos cambiar en
nuestra vida.
Una de las filosofías que más contradigo es la idea de
cambiar sólo por el hecho de cambiar. Me parece que hay muchas cosas que
podemos mejorar, pero cambiarlas por aquello de que “si no está roto, rómpalo” no estoy de
acuerdo.
Los cambios de año nos motivan a ver una nueva vida, cerrar
puertas y hacer planes para realizar cosas que no hemos logrado. Aprovechemos
el impulso, pero no nos quedemos ahí. No quiera cambiar porque el año cambió de nomenclatura.
Muchos no llegan a hacer el plan y todo se queda en sueño; tendrán que esperar el
nuevo cambio de año para motivarse a diseñar el camino que los llevará al objetivo aún
no planteado.
Otros andan muy emocionados, han hecho su plan y comienzan a
perseguirlo… al pasar unas semanas o pocos meses se dan cuenta que han dejado
de dar pasos hacia la meta y decidirán posponer su caminata para el próximo
cambio de año.
Así,
la gran mayoría de los energizados por el cambio de número, se quedan viendo sus sueños sin
realizar.
Mi objetivo con este escrito es que se energice ahora y en
cualquier momento se vuelva energizar. Si no hizo el plan ahora con el cambio
de año, hágalo cuando lo recuerde y no espere una fecha específica. Si dejó en
algún momento de cumplir con su plan, retómelo sin esperar el nuevo cambio de
fecha famosa.
Es un gran momento para analizar lo que quiere cambiar en su
vida y lo que quiere agregar a ella, aproveche el movimiento inicial y cree el
camino a un destino que usted mismo construirá.
FRASE DE LA SEMANA
“No tengo que esperar
un cambio de año para iniciar algo porque sé que me conviene hacerlo.”
Diego A. Sosa
Coach, Consultor,
Conferencista y Escritor
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